Aumenta la tensión tras el motín de la antigua guerrilla mora de Mindanao
El Gobierno filipino ha amenazado con una ofensiva total contra los guerrilleros del antiguo FMLN, que se ven ninguneados en pleno proceso de paz entre Manila y su escisión del FMLI. Los guerrilleros han lanzado un asalto desde Zamboanga a la isla de Basilan.
GARA |
El Ejército y la Policía filipinos lanzaron ayer una ofensiva contra la columna de guerrilleros del Frente Moro de Liberación Nacional (FMLN) que se han hecho fuertes desde el lunes en un barrio de la ciudad de Zamboanga, en Mindanao (sur).
Los rebeldes incendiaron casas y contraatacaron tomando posiciones en Basilan, una pequeña isla separada de la ciudad por un estrecho brazo de mar. Intentaban capturar Lamitan City, enclave católico de la isla.
Edwin Lacierda, portavoz del presidente filipino, Benigno Aquino, advirtió de que «el Gobierno intenta por todos los medios una solución pacífica pero ellos (los guerrilleros) no deberían hacerse ilusiones y comprender que el Estado no renunciará a utilizar la fuerza para proteger a la población».
Desde su llegada al poder en 2010, Aquino ha hecho de la negociación con los grupos guerrilleros el eje de su política.
La isla de Mindanao, de mayoría musulmana, dispone de importantes recursos naturales pero es una de las regiones más pobres del Estado.
El conflicto, que se inició en los setenta, ha dejado un saldo de 150.000 muertos y cientos de miles de desplazados.
Celos interguerrilleros
El FMLN, fundado por el exprofesor universitario Nur Misuari, fue la principal organización musulmana hasta que firmó la paz en 1996. Antes, en 1984, sufrió una escisión con el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI) que, tras su desmovilización, tomó el testigo armado hasta 2003, cuando firmó un alto el fuego, Actualmente negocia con el Gobierno.
Misuari y lo que queda del FMLN se sienten marginados del proceso. Ya en 2001 se levantaron en armas cuando su líder iba a perder en las urnas su cargo de gobernador de la Región Autónoma del Mindanao Musulmán. Analistas filipinos citados por el portal de noticias Rappler, consideran que Misuari «está haciendo ruido» para boicotear las conversaciones entre el Gobierno y el FMLI.
Sea como fuere, la ciudad de Zamboanga, que alberga a casi un millón de habitantes -la mayoría católicos en un entorno regional musulmán- ofrece desde el inicio de la crisis una imagen fantasmal. Soldados con armamento pesado vigilan los edificios públicos y miles de personas han huido de sus casas en las últimas horas.
Algunas fuentes aseguran que la crisis comenzó cuando fueron detenidos en Zamboanga 40 guerrilleros desarmados que llegaron para escoltar a su líder, Misuari.