Mikel INSAUSTI

La clave de todo documental musical está en llegar al máximo de público posible, sin contentar única y exclusivamente a los fans del artista retratado. «Serrat y Sabina: El símbolo y el cuate» cumple dicho objetivo, gracias a que son dos cantantes de conversación amena y divertida. De todas las maneras nunca es bueno exponerse demasiado, y es que la gente que sube a diario a un escenario debe intentar preservar el misterio, lo que en el caso de estos conocidos veteranos queda ya fuera de lugar. Joan Manuel va a cumplir los 70 y Joaquin tiene 64 años muy castigados, así que a estas alturas de la vida no se andan con secretismos o medias tintas.

En consecuencia el tono que transmite el documental es de pura camaradería, porque ha sido rodado entre viejos amigos. Las colaboraciones son lo suficientemente estrechas como para crear un clima relajado, de mutua confianza, que se agradece al establecer una clara distancia con respecto a los aburridos reportajes televisivos o promocionales.

«El símbolo y el cuate» ha sido realizado por el periodista Francesc Relea, que fue corresponsal en Buenos Aires y México D.F., con lo que esas dos ciudades constituyen el epícentro de esta película dedicada a mover una corriente de buenas vibraciones entre los dos visitantes y su público en Latinoamérica. También pasan por Lima, Santiago de Chile o Montevideo, pero es en México y Argentina donde se sienten más como en casa. Prueba de ello es que el climax final tiene lugar en el mítico estadio de La Bombonera, con más espectadores que en un partido de Boca Juniors. Es la culminación de la gira sudamericana del 2012, bautizada como «Dos pájaros contraatacan», haciendo un embromado símil cinematográfico indicativo de que cinco años antes giraron con «Dos pájaros de un tiro».

La mayoría de los intervinientes hablan de la influencia cultural que Serrat y Sabina, juntos o por separado, han tenido a la hora de poner letra y música a la evolución sociopolítica en el Cono Sur. Evidentemente, no lo hacen de una forma objetiva, sino con el cariño y el sentido particular de la memoria emocional.