Obama, entre la espada de Israel y la pared de las monarquías del Golfo
Tanto Israel como las monarquías del Golfo, lideradas por Arabia Saudí, recelan del nuevo tono de la relación entre Estados Unidos e Irán. Aunque el presidente, Barack Obama, intentó tranquilizar a Israel asegurando que la opción militar sigue sobre la mesa, ayer el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insistió ante la ONU en que, «si está obligado a actuar en solitario, Israel actuará solo».
GARA | NUEVA YORK
La decisión del presidente de EEUU, Barack Obama, de emplear un nuevo tono en su relación con Irán y en la negociación sobre el programa nuclear de este país, se ha topado con la presión tanto de Israel como de las monarquías del Golfo.
El lunes, para satisfacer al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, invitado en la Casa Blanca, Obama recordó que la opción militar sigue sobre la mesa. Ayer Netanyahu insistió en que está dispuesto a recurrir a ella, incluso en solitario.
«Israel no permitirá que Irán obtenga armas nucleares. Si Israel está obligado a actuar solo, actuará solo», advirtió en la tribuna de la Asamblea General de la ONU. Añadió que, si bien Irán no ha franqueado «la línea roja», se posiciona «para acelerar y pasarla cuando quiera». El año pasado Netanyahu dibujó una línea roja en un esbozo de una bomba nuclear para urgir a una reacción contra el país persa.
Ayer insistió en que Irán «es más peligroso que cincuenta Coreas del Norte. Frente a esa amenaza, Israel no tendrá más remedio que defenderse».
Además, minimizó los gestos del nuevo presidente iraní, Hassan Rohani, que insiste en que Irán no pretende conseguir armamento nuclear. «Me gustaría creer a Rohani, pero no puedo», dijo. Por ello, reclamó concentrarse en «mantener la presión» y las sanciones contra Teherán.
Ante el anuncio de la vuelta a la negociación en Ginebra, Netanyahu rechazó también la posibilidad de llegar a un acuerdo parcial que se levanten las sanciones «a cambio de concesiones superficiales». Jodadad Seifi, consejero iraní ante la ONU, calificó el discurso de Netanyahu como «extremadamente provocador y belicoso». Pero Netanyahu no es el único en preferir el tono belicoso a la distensión respecto a Irán.
Las monarquías petroleras del Golfo comparten con Israel su irritación por la mejora de relaciones entre Teherán y Washington -coronada por una histórica conversación telefónica entre Obama y Rohani-, según constatan analistas de esos países. «Tienen miedos», afirma el director del Gulf Research Center, Abdel Aziz Saqr, cercano a medios político saudíes.
Aunque los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG- Bahrein, Kuwait, Oman, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Arabia Saudí), creen que un entendimiento puede contribuir a la seguridad regional «temen el tipo de concesiones» que haría Washington, porque «no hay acercamiento sin concesiones», opina el analista.
Si la presión se relaja, Teherán va a intentar «aumentar su influencia regional e interferir más en los asuntos de sus vecinos», estima Saqr. Las monarquías del Golfo acusan a Irán de apoyar las protestas de la población chií en Bahrein, Arabia Saudí o Yemen.
Saqr subraya además el contexto de desconfianza entre los regímenes del Golfo y Washington, sobre todo en torno a al guerra en Siria.
Arabia Saudí, que lidera el CCG y es el principal apoyo de la insurgencia siria, desearía una intervención militar contra Siria, frustrada finalmente tras la aceptación del desmantelamiento del arsenal químico. «Mientras esperábamos el ataque que había prometido para castigar al régimen sirio ha golpeado a sus aliados», criticó el columnista saudí Abderrahman al-Rashid, resumiendo este malestar. «No entendemos por qué Obama ha decidido abrir la puerta que permaneció cerrada hasta antes de que un régimen considerado maléfico por los presidentes americanos que han pasado por la Casa Blanca», añadió en el diario «Asharq Al-Awsat».
Desde Londres, el analista Abdelwahab Badrakhan relaciona los asuntos de Siria e Irán. «Occidente necesita a Irán» para negociar mejor una solución al conflicto en Siria, explica. «Y eso no será gratis por parte de Irán, que obtendrá dividendos bien para su programa nuclear, o para su influencia en Irak, Siria, Líbano y Bahrein», añadió.
Arabia Saudí no ha comentado oficialmente el deshielo irano-estadounidense, mientras, según informaciones de prensa no confirmadas, el rey Abdallah ha invitado a Rohani a efectuar este mes el peregrinaje a la Meca. Samir Altaqi, director del Orient Research Center, de Dubai, estima que las monarquías del CCG deberían participar en cualquier acuerdo sobre un futuro «rol regional» de Teherán. Si no, «tendrán que actuar según sus intereses», afirma.
El Ejército Libre Sirio (ELS) denunció como «escandalosa» la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Siria porque se fija únicamente en el uso de armas químicas, sin tener en cuenta las «150.000 víctimas» que ha causado la guerra. «Es una vergüenza porque solo se ha dado importancia al principio del uso de esas armas químicas», se quejó el portavoz del ELS, Kassem Saadeddine, en el diario «Le Parisien», coincidiendo con su presencia en París invitado por la Asamblea Nacional francesa. Saadeddine insistió en su decepción: «el pueblo sirio está convencido de que el mundo es indiferente a su suerte», algo que «casi se ha confirmado con el asunto de las armas químicas». Reiteró su demanda de «armas de calidad», en particular misiles anticarro. «Si tuviéramos buenos equipamientos, iría más rápido y habría menos víctimas», afirmó.
Por otro lado, al menos catorce civiles, doce de ellos estudiantes, fallecieron el domingo en Raqqa, una ciudad en manos de los insurgentes, en un ataque aéreo por parte de fuerzas gubernamentales con bombas termobáricas, un explosivo que genera altas temperaturas en contacto con el aire al estallar, según HRW. GARA
Los «zigzags» de Obama «destruyen al confianza y debilitan la credibilidad americana», afirmó el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, que pidió coherencia al presidente de EEUU, tras su nueva mención a la opción militar.