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El unionismo mide su fuerza en Catalunya de la mano de la ultraderecha

Hoy, día de la Hispanidad, antes día de la Raza, el unionismo buscará dar su respuesta a la Via Catalana de la Diada, celebrada hace un mes. PP y Ciutadans serán los protagonistas, pero junto a ellos desfilarán toda una serie de grupos de extrema derecha.

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Beñat ZALDUA

Catalunya se ha convertido, en los últimos meses, en el campo de batalla indiscutible para la extrema derecha. Así se volverá a demostrar hoy en Barcelona, donde el nacionalismo español tratará de dar su réplica a la histórica Diada del pasado 11 de setiembre con diversas movilizaciones a lo largo de toda la jornada, empezando por la convocada por los ultras de La España en Marcha, una plataforma formada por la Falange, Nudo Patriota Español, Alianza Nacional, Democracia Nacional y Movimiento Católico Español.

Se trata de la misma plataforma que reivindicó el ataque a la librería Blanquerna de Madrid durante la Diada y uno de cuyos líderes advirtió recientemente en una televisión estatal, y con total tranquilidad, que «no se escindirá ningún territorio de España sin que haya sangre, eso lo pueden tener bien claro todos».

Esta plataforma convoca para hoy una manifestación desde la plaza de Sants, con el objetivo de atravesar el barrio homónimo antes de subir a la montaña de Montjuïc, donde la ultraderecha ha celebrado el 12 de octubre durante la última década.

La manifestación supondría el regreso de la extrema derecha al barrio, después de que el movimiento vecinal consiguiese desterrar la celebración ultra a Montjuïc tras años de lucha. Precisamente ha sido de nuevo la movilización del tejido social del barrio de Sants -el jueves se celebró una manifestación y hoy han llamado a ocupar la plaza de Sants antes que los ultras-, lo que llevó a Interior a prohibir el paso de la movilización por el barrio, confinándolos de nuevo a Montjuïc.

Pese a que la plataforma no se ha dado por aludida y, de momento, mantiene su llamamiento a la concentración en la plaza de Sants -recurrieron la prohibición-, en los últimos días se ha desinflado la convocatoria, ya que, según medios madrileños, los ultras ni siquiera han conseguido llenar un autobús desde la capital del Estado. Algo que no ha rebajado el estado de alerta de los vecinos del barrio y las plataformas antifascistas, que temen que antes y después de la manifestación se puedan dar agresiones racistas, homófobas o contra personas independentistas y de izquierdas.

Relativizada la marcha ultra de Sants, el foco se desplazó en los últimos días a la plaza Catalunya, donde la Plataforma Cívica 12-O convoca, como ya lo hiciera el año pasado, una concentración bajo el lema «Som Catalunya, somos España». El PP y Ciutadans anunciaron hace días que estarán presentes en dicha concentración.

El foco de plaza Catalunya

Pero no serán los únicos, ya que la xenófoba Plataforma per Catalunya, la Falange o el casal Tramuntana -un local neonazi de Barcelona-, entre otros, también se han sumado en las últimas semanas a la convocatoria de la plaza Catalunya.

La concentración, prevista para el mediodía, servirá por lo tanto para medir el alcance de la mayoría silenciosa a la que tanto PP como Ciutadans han recurrido para menospreciar la Via Catalana de la Diada, así como para ver quiénes son los compañeros de viaje de estos dos partidos en la cruzada unionista.

Una compañía -la de grupos fascistas y xenófobos- contra la que ya se han organizado diversas marchas y concentraciones a lo largo de todo el día y contra la que esta semana alertó el diputado de la CUP David Fernández, tras lo cual, en una escena histriónica, los diputados del PP y Ciutadans abandonaron sus escaños, al entender que la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, no les dejaba replicar. El mismo día, el PP rechazó en el Congreso considerar delito la apología del nazismo.

Y mañana, beatificación de 522 «mártires» de la Guerra Civil

Las actividades en Catalunya no acaban hoy, ya que mañana, la Iglesia Católica beatificará en Tarragona a un total de 522 «mártires» de la Guerra Civil, todos ellos ejecutados, supuestamente, por las filas republicanas.

Se trata de un acto al que se prevé que asistan unas 20.000 personas y que ha sido duramente criticado desde diversos sectores, incluidos diversos grupos cristianos de base, que ven en el acto una nueva barrera en contra de la memoria compartida y la reconciliación.

Así lo expresaron también diversas entidades que luchan por la memoria histórica -y que con este propósito enviaron una carta al Papa-, señalando que en las filas republicanas también hubo católicos fusilados por el franquismo, como el que fuera dirigente de Unió, Manuel Carrasco i Formiguera. B.Z.

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