Empleados de la empresa de telemárketing Lanalden se concentraron ayer en Zamudio frente a la sede central de Euskaltel bajo el lema «Murrizketarik ez. Despidorik ez». El motivo de la movilización era protestar por las «precarias condiciones de trabajo» que soportan y por los más de 30 despidos que se han producido ya en la compañía y que temen que vayan a sobrepasar los 50.

Lanalden es una empresa de más de 800 empleados que trabajan subcontratados para Euskaltel -alrededor de 200- y también para Kutxabank, Fagor, Bizkaibus, Caja Laboral, Lagun Aro y administraciones como el Gobierno de Gasteiz y el Ayuntamiento de Bilbo.

Los trabajadores recordaron las condiciones en que desempeñan su labor «los 365 días del año, las 24 horas del día y con salarios no superiores a 900 euros». Denunciaron que realizan las tareas que «las empresas que nos subcontratan no quieren hacer». En el caso de Euskaltel, criticaron que «como sus beneficios de 2012 no fueron lo bastante enriquecedores para sus bolsillos, han decidido reducir la contratación un 20%».

Juicio en Donostia

Entretanto, en Donostia, trabajadoras del sector de residencias de Gipuzkoa se concentraron ayer frente a la Audiencia de Donostia con motivo de la celebración del juicio por la demanda presentada por el sindicato ELA contra Sar Quavitae.

Esta empresa, propietaria de la residencia Berra de la capital guipuzcoana, decretó el pasado 27 de setiembre el despido de 16 trabajadoras de dicho centro, que participaban activamente en la huelga por la firma del convenio.