Al menos dos muertos en las protestas de los islamistas egipcios, que mantienen el pulso
GARA | EL CAIRO
Los islamistas egipcios mantuvieron ayer de nuevo el pulso con las autoridades surgidas del golpe de Estado con protestas en todo el país «pese a la violencia, la brutalidad y la barbarie del golpe de Estado», según denunciaron.
Las represión de las protestas de ayer dejaron al menos dos muertos. Cuando se cumplen cien días del golpe militar que depuso al presidente Mohamed Morsi, miles de sus seguidores se manifestaron en medio de una tensión palpable después de que la represión policial se saldara el pasado domingo con 57 muertos y 390 heridos.
Los manifestantes corearon lemas a favor de Morsi y contra el jefe del Ejército y actual «hombre fuerte» de Egipto, Abdelfatah al Sisi, al tiempo que portaban pancartas con los cuatro dedos, el símbolo de la plaza de Rabaa al Adauiya, donde se levantó la principal acampada de los islamistas en cuya represión murieron cientos de personas.
Aunque el lema de la movilización era «Tahrir para todos los egipcios», en El Cairo los manifestantes evitaron acercarse a la plaza Tahrir, que las fuerzas de seguridad habían rodeado apoyadas por tanques y blindados. al igual que las plazas de Rabaa al Adauiya y Al Nahda. Pese a este movimiento, la Coalición Nacional de Defensa de la Legitimidad, que agrupa a los Hermanos Musulmanes -cuya organización ha sido disuelta esta misma semana- y otros grupos afines, reivindicó su derecho a manifestarse en estos lugares.
En El Cairo un joven manifestante de 18 años recibió un disparo en el pecho efectuado por un policía y se produjo otra muerte en Faqus, en la provincia de Al Sharquiya. En Alejandría, partidarios y detractores de Morsi se enfrentaron a pedradas y con pistolas de perdigones, mientras que la policía lanzó gases lacrimógenos. Los islamistas convocaron también protestas en las ciudades de Ismailiya, Port Said, Qena y Al Arish, entre otras. Por otra parte, en la península del Sinaí, se registró un nuevo ataque contra las fuerzas de seguridad, al explotar un artefacto en la localidad de Rafah al paso de un blindado del Ejército, que causó heridas a seis soldados.