El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió ayer con senadores republicanos en la Casa Blanca en medio de señales de progreso hacia un posible acuerdo que permita elevar el techo de la deuda, al menos temporalmente, y reabrir la Administración federal.

La Casa Blanca evalúa dos propuestas republicanas sobre la crisis fiscal Una de ellas propone ampliar en seis semanas el límite de la deuda y la reapertura de la Administración durante la próxima semana.

No obstante, ese plan incluye la exigencia de recortes de gastos en algunos programas sociales, entre ellos el «Medicare» para ancianos y jubilados. La Cámara de Representantes se preparaba para votarla ayer.

La otra propuesta, de integrantes del Senado, eleva ese tope en tres meses, hasta final de año.

Obama, se reunió a puerta cerrada durante hora y media con un grupo de más de 40 senadores republicanos. La senadora Susan Collins calificó la reunión de «buena» pero «inconclusa», aunque destacó que hay progresos en las conversaciones.

Los congresistas republicanos bajo la presión de sondeos de opinión muy negativos, dieron a entender por primera vez que es posible avanzar en las negociaciones sobre el presupuesto y el límite de la deuda, tras la reunión que mantuvieron con Obama, el jueves por la noche. «Sostendremos más discusiones; el presidente dijo que consultaría a su gobierno y yo espero que podamos entrever una forma de avanzar», declaraba Eric Cantor, líder de la mayoría republicana de la Cámara de Representantes.

Brendan Buck, portavoz del presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, afirmó que la reunión fue una «conversación útil y productiva».

La Casa Blanca se refirió a la reunión en términos más fríos, al decir que «tras una discusión sobre las posibles maneras de avanzar, no se eligió ninguna opción específica. El presidente espera continuar haciendo progresos con los miembros de los dos partidos», demócratas y republicanos, añadió.

Boehner había anunciado previamente que se organizaría una votación para subir el límite legal de la deuda de forma temporal. Si no se autoriza un mayor endeudamiento del Estado federal, Estados Unidos entraría en cese de pagos el 17 de octubre próximo.

A cambio, los republicanos quieren que se lleven a cabo negociaciones sobre el presupuesto y una reforma de los programas sociales, entre ellos el sistema de jubilación.

«El presidente está feliz de que parece reinar en la Cámara un apaciguamiento y que allí por lo menos parecen reconocer que el cese de pagos no es una alternativa», afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, poco antes de la reunión. Sin embargo, la propuesta no detendría la paralización que afecta a la mayoría de las dependencias gubernamentales y Obama exige el fin de esta paralización antes de iniciar negociaciones.

Nuevo plazo

Según varios legisladores, la prórroga sería de seis semanas, lo que llevaría al 22 de noviembre la nueva fecha en la cual el Congreso debería aprobar un aumento del techo de la deuda.

Tras el anuncio, los mercados reaccionaron positivamente con los principales indicadores al alza. Los principales índices de Wall Street subieron más de un 2 % el jueves y ayer continuaban levemente en alza.

El secretario del Tesoro, Jacob Lew, advirtió el jueves de que una prolongación del bloqueo presupuestario hasta el último minuto podría resultar «muy peligrosa».