Iberdrola presentó ayer los resultados hasta setiembre. El beneficio atribuido ascendió a 2.275 millones, una caída del 3% respecto al año anterior, que la compañía lo atribuyó al impacto regulatorio en el sector eléctrico, tanto en el Estado español como en Gran Bretaña. Ante los analistas, el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, insistió en las consecuencias «negativísimas» que están teniendo las medidas adoptadas en el sector y avanzó que la previsión para este año es que «el beneficio se sitúe entre 2.500 y 2.600 millones, lo que supondrá entre un 12% y un 8% menos que los 2.841 millones de 2012».

La multinacional eléctrica de origen vasco anunció también «el pago de un dividendo a cuenta de los resultados de 2013 de al menos 0,125 euros por acción, inferior en un 10,7% a la propuesta de dividendo a cuenta que hizo con cargo al ejercicio de 2012 (0,140 euros)».

A cierre de setiembre, la deuda neta de la compañía ascendía a 28.550 millones, 3.310 millones menos que en la misma fecha de 2012.