ERRENTERIA
Alrededor de las once y cuarto de la mañana, mientras las autoridades como el diputado general de Gipuzkoa, Joxe Joan González de Txabarri, la presidenta de las Juntas Generales, Leire Ereño, o el alcalde de Errenteria, Juan Carlos Merino, posaban para los medios en las escalinata de entrada, los concentrados que protestaban contra la ubicación de la futura incineradora en Igoin-Azpi, ubicado en el área de Landarbaso, realizaron una sonora pitada.
Los congregados permanecieron concentrados fuera de la ermita durante todo el pleno se alargó durante dos horas, vigilados en todo momento por efectivos de la Ertzaintza y la Guardia municipal de Errenteria. La gente sostenía pancartas en las que podían leerse lemas como «Errausketarik ez» y numerosos pequeños carteles con el lema «Oarsoaldea no es el vertedero de Gipuzkoa’».
Al término del pleno, alrededor de la una y media del mediodía, se vivieron los momentos más tensos de la protesta. Las personas concentradas corearon gritos contra la incineradora que se incrementaron y se unieron a una sonora pitada cuando el diputado general y el equipo de Gobierno foral abandonaban la ermita de la Magdalena.
Los manifestantes rodearon el autobús que transportaba a los junteros e intentaron evitar que éste arrancase, algo que consiguieron durante varios minutos, por lo que la Ertzaintza habilitó un cordón policial para proteger a los representantes políticos. Ello no impidó que los manifestantes mostraran, incluso en la misma cara a los algunos junteros, papeles de rechazo a la incineradora.
Fue entonces cuando se vivieron escenas tensas con las fuerzas policiales, se sucedieron numerosos y crispados forcejeos, al tiempo que los representantes de las Juntas Genarales fueron duramente increpados. Después, el vehículo consiguió arrancar y abandonar el lugar, finalizando también la protesta.
