LOS ANGELES

Los demás premios transcurrieron según lo previsto y Philip Seymour Hoffman logró el Oscar como mejor actor por “Truman Capote” y Reese Witherspoon el de mejor actriz por su trabajo en “En la cuerda floja”. Además, las estatuillas repartieron suerte entre todos los candidatos y el tres fue también el número de la suerte para otras dos películas.

“King Kong” consiguió tres galardones en categorías técnicas como sonido y montaje sonoro, además de los efectos especiales. En el caso de “Memorias de una geisha”, también obtuvo tres estatuillas para la mejor dirección de arte, la mejor fotografía y el mejor vestuario. El triunfo de “Brokeback Mountain” también vino acompañado de una victoria histórica para Argentina, ya que Santaolalla es el primer compositor hispano galardonado en los Oscar. «El ADN de este país ha cambiado y hay un gran componente que es latino. Por eso es muy importante cuando uno de nosotros obtiene un reconocimiento», subrayó el compositor, orgulloso de sus raíces y más orgulloso aún de que la mexicana Salma Hayek le entregara su galardón. Para Rachel Weisz, su victoria fue un nuevo regalo a su maternidad, un niño que no paró de moverse en su barriga durante toda la velada. «No sabemos si es niño o niña y la lista de nombres es larga, pero no está el de Oscar», bromeó la intérprete británica, en avanzado estado de gestación pero con la estatuilla de mejor actriz secundaria por “El jardinero fiel” bien agarrada entre sus manos. La actriz se sumó al sentimiento solidario de la velada cuando expresó su orgullo por haber tomado parte en una película centrada en temas sociales. «Es bueno volver a un cine contemporáneo que te hace preguntarte cosas», añadió Weisz, elegantemente ataviada de negro. El más popular de los premios fue también el más madrugador, cuando el galán de Hollywood George Clooney obtuvo la primera estatuilla de su carrera como mejor actor secundario por “Syriana”. Clooney, reconocido liberal y, como le describió el maestro de ceremonias Jon Stewart, «el hombre de la noche», aprovechó su minuto de gloria para agradecer a Hollywood y a la Academia que sean capaces de hablar de temas que de verdad importan aunque se ganen las críticas de los más conservadores. «Reflejamos la sociedad, no la lideramos», afirmó al hablar de un cine que, en su opinión, puede estar alejado del gran público pero que es necesario. A pesar de la seriedad de sus palabras, Clooney alegró la velada con su humor y su belleza hasta el punto de que la ganadora del Oscar al mejor cortometraje documental, Corinne Marrinan, utilizó su paso por el podium para agradecer a la Academia que la hubiera sentado junto a este galán en el almuerzo de los candidatos.

La Academia no se atrevió a premias a la película palestina “Paradise Now”. Su historia sobre activistas suicidas, que había captado la atención en las últimas semanas, quedó olvidada tras el triunfo de la cruda historia urbana de “Tsotsi”, la cinta sudafricana que finalmente se llevó el Oscar a la mejor película extranjera. De la misma forma, “Múnich”, película de Steven Spielberg que no ha gustado nada a la comunidad judía, salió con las manos vacías, al igual que “Buenas noches y buena suerte”, de George Clooney, que denunciaba la actuación del senador McCarthy. En cuanto a la alfombra roja, el tono fue más bien sobrio, con colores berenjena y ocre entre ellas y tradicionales esmóquines entre los caballeros. La moda incluso llegó a las estatuillas cuando el ganador del Oscar a la mejor película de animación, Nick Park, por “Wallace y Gromit”, atavió su nueva estatuilla con una pajarita que le había preparado para la ocasión su esposa.