Maite Soroa
Se ven obligados a mentir
Cuando la fachenda, de habitual arrogante y jactanciosa, se siente obligada a dar explicaciones, habrá que pensar que pintan bastos. Ayer Daniel Portero, el del brindis en la Audiencia Nacional y portavoz de alguna de las asociaciones de algunas víctimas, se sentía impelido a explicar, en “La Razón”, claro, su último estrambote público.Portero venía a decir que lo visto no era realidad y que, en caso de serlo, bien hecho estaba. Aseguraba que cuando Txema Matanzas (y el resto de la Humanidad) le vio dispuesto a celebrar la muerte de un preso con sidra (hay que ser, además de miserable moral, un agarrado de cuidado) «dijo interpretar que mis intenciones eran brindar por la muerte del etarra Angulo Iturrate, que al parecer se había ahorcado esa mañana en la cárcel de Cuenca y que había pertenecido al mismo comando que Matanzas. De ahí la relación sentimental que unía a ambos y que le afectó a este último hasta el punto paranoico de llegar a interpretar un brindis». Habría que decir que fue Portero quien explicó en alta voz el porqué de su brindis y que a Txema Matanzas nadie le ha condenado por pertenencia a ningún comando. Portero habla por boca de ganso, con mala baba por cierto. Y luego explica que «desde el día 21 de noviembre media docena de personas llevamos soportando la convivencia con los 55 imputados en el macrojuicio del sumario 18/98 ya que éstos se hallan en libertad provisional y, por tanto, a nuestro alrededor antes de comenzar las vistas orales. Hemos venido soportando durante más de tres meses de juicio miradas desafiantes, provocaciones continuas en los pasillos y atroces espectáculos como homenajes a etarras muertos. Siempre la misma desproporción en número de personas, la misma soledad al igual que en el macrojuicio contra los dirigentes de Jarrai-Haika-Segi». Lo que lamenta él es que no le sigue ni pichichi, porque lo de las miradas desafiantes huele a milonga. Por lo menos para quienes conocemos a algunos de los procesados. Para concluir, intenta transmitir lástima: «si supieran ustedes lo que significa ver a esa gente un día y otro día en las sesiones del macrojuicio, verles insultarnos, chulear, amenazarnos a los ciudadanos que nos personarnos en las causas y queremos recordar la importancia de este proceso. Verles brindar de mil modos distintos por la muerte de los nuestros. Y ver cómo defienden a sus suicidados hasta el punto de imaginar ofensas inexistentes». Además de mentir, se desnudan. Qué pena. - msoroa@gara.net
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