ISLAMABAD
Pakistán declaró ayer el toque de queda en una ciudad cercana a la frontera afgana donde el pasado fin de semana las actuaciones del Ejército paquistaní han causado más de cien personas. Actuaciones que comenzaron en vísperas de la visita de Bush al país, el viernes, y continuaron tras su marcha.
Según fuentes oficiales, las autoridades paquistaníes han declarado el toque de queda en Miranshah, capital de la provincia de Norte Waziristan, después de tres días de enfrentamientos que ayer mismo causaron la muerte de 22 personas. El Ejército paquistaní utilizado artillería y helicópteros en la ofensiva.
El portavoz del Ejército paquistaní, general Shaukat Sultan, indicó ayer que al menos 70 personas han muerto desde el sábado en esta zona, mientras varios medios dicen que esa cifra supera el centenar el jueves muerieron 45 personas en un bombardeo, según Islamabad.
Según medios paquistaníes, centenares de personas han huido de esas zonas fronterizas de Pakistán con Afganistán por temor a que se reproduzcan estos enfrentamientos.
En los últimos años el Gobierno del general golpista Musharraf ha destacado a más de 70.000 soldados en esta región.