Rajoy se queda solo con su hipótesis conspirativa
·El CGPJ y «ABC» le recuerdan que se excede al deslegitimar el Estado de Derecho
El líder del PP se negó ayer a rectificar sus declaraciones en las que sugería la posible manipulación de pruebas en la investigación del 11-M. Rajoy hizo oídos sordos a las críticas, que le llegaron también desde sectores cercanos ideológicamente al PP, y mantuvo su hipótesis de que en aquellos días se fraguó una conspiración para echarles del Gobierno.
DONOSTIA
Mariano Rajoy seguía ayer en sus trece y, haciendo oídos sordos al aluvión de críticas, se preguntaba a qué viene tanto escándalo porque haya puesto en duda la credibilidad del sumario sobre los atentados del 11 de marzo de 2004.El presidente del PP insinuó el lunes que se habían manipulado pruebas del caso, basándose en una información de “El Mundo”. Ese diario sembraba dudas sobre la autenticidad de la mochila que contenía una bomba que sirvió para dar con los autores de los atentados. Rajoy hizo suya la hipótesis que lleva sosteniendo en solitario “El Mundo” de que el 11-M y los acontecimientos de los días posteriores fueron una conspiración para echar al PP del Gobierno. Normalmente ciego defensor de las instituciones del llamado Estado de Derecho, ha puesto ahora en tela de juicio la profesionalidad de la Audiencia Nacional y la de las Fuerzas de Seguridad, responsables de la investigación sobre los atentados. Esas insinuaciones le han valido el rechazo del Gobierno español y de la mayoría de los partidos con representación en el Congreso, quienes han tachado la actitud de Rajoy de «irresponsable» y «desquiciada». Pero lo más llamativo es el tirón de orejas que le ha dado el periódico “ABC”, ideológicamente próximo al PP. En su editorial de ayer, “ABC” acusa a “El Mundo” y sobre todo a Rajoy de «sabotear la labor de la instrucción judicial, desacreditar a los agentes policiales que han intervenido en ella y deslegitimar la muy próxima resolución del juez». Este diario concluye que esa campaña de acoso perseguiría «la deslegitimación del resultado de las elecciones generales celebradas tres días después de la masacre», propósito, en su opinión, «frívolo e irresponsable». También se sumó a la reprimenda el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El órgano de Gobierno de los jueces españoles, de mayoría conservadora, acordó ayer reclamar a los responsables políticos «respeto a las resoluciones adoptadas en los procesos judiciales». Por otra parte, cabe destacar lo paradójico de la postura del PP, pues hay que recordar que las partes fundamentales de la investigación, como la recogida de pruebas y la mayoría de las detenciones, se llevaron en los días posteriores a las explosiones, es decir, todavía bajo el mandato de José María Aznar y con Angel Acebes como máximo responsable de las fuerzas de seguridad. El PSOE ganó las elecciones el 14 de marzo, pero el traspaso de poderes no se efectuó hasta el 18 de abril. Por tanto, o Rajoy estaría echando piedras sobre su propio tejado o bien mantendría la idea de que desde las Fuerzas de Seguridad se habría maquinado un complot contra el Gobierno.
«No tengo que rectificar»
Rajoy se defendió ayer de los reproches alegando su derecho a expresar sus dudas. «Da la sensación de que aquí se quiere que uno no pueda hablar, pero yo tengo derecho a hablar, a dar mi opinión y a pedir aclaración sobre un tema que es importante», señaló en Bilbo, donde estuvo ayer para apoyar la campaña de recogida de firmas que su partido está llevando a cabo contra el Estatut catalán. Rajoy aceptó las aclaraciones sobre la mochila dadas por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y de la Dirección General de la Policía, pero «no tengo que rectificar nada de lo que dije».En la misma línea, Eduardo Zaplana, portavoz del PP en el Parlamento, afirmó que «aunque nos llamen locos, seguiremos exigiendo que se investiguen las contradicciones evidentes y las noticias que han ido apareciendo en los medios de comunicación».
Más de lo mismo para el resto del mandato Zapatero
GARA
MADRID El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó ayer, en el segundo aniversario de la victoria del PSOE, que su Ejecutivo cumplirá «con la esperanza de muchos ciudadanos de ver un país en paz», gobernando «desde la tolerancia, el respeto y la contención a pesar de lo que dicen algunos». Rodeado de dirigentes socialistas y algunos miembros de su Gabinete, manifestó que en esta etapa de reformas, el PSOE debe «culminar la tarea de las reformas de los Estatutos» y de gobernar el Estado español para «la convivencia, el respeto a las identidades y el incremento del autogobierno de las autonomías y de los municipios». La mitad del mandato del PSOE coincide con los rumores acerca de que en abril Zapatero podría llevar a cabo una remodelación importante del Gabinete.
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