Raimundo Fitero
Apagón
Ustedes me perdonarán, pero los ánimos están un poco caldeados. Hay apagones técnicos porque el personal está soliviantado. Tres mil trabajadores del ente público RTVE a la calle, es un desastre social. Hay movilizaciones y tocan a todos los programas. Sean de baile, de música o de premios. Por eso se ven algunos apagones, algunos aparentes fallos que no son otra cosa que actos reivindicativos.La universitaria Cafarell va a pasar a la historia como la que realizó la gran reconversión del Ente. Unas medidas ultraliberales que no atajan el problema básico, filosófico y político, sino que hace una purga economicista, manda al paro o la jubilación anticipada a demasiados trabajadores con el único fin de aligerar la nómina mensual, pero sin tocar las estructuras del monstruo que es donde reside toda su inmovilidad funcional. El hecho es que no corren buenos tiempos para la televisión y la radio pública estatal, y como nadie se atreve a dar el paso definitivo, es decir, la desaparición total, seguirá en nuestro mando a distancia, malviviendo, haciendo la competencia a las comerciales sin tapujos y ofreciendo algunos programas que son servidumbres de su propia titularidad pública. Pongamos que hablo de los premios Max, con una puesta en escena de Calixto Bieito, muy zarzuelera, con algunas supuestas bromas, como es que un barítono disfrazado de baturro repitiera en la entrega de los premios a las obras teatrales escritas en euskara, gallego o catalán, una estrofa de una zarzuela que dice. “En España y su regiones”. Digo que posiblemente era una broma, por no decir que era una provocación discursiva. Mucho movimiento, muchos saltimbanqui, un buen conductor, Boris Ruiz y un guión endeble, como siempre. Pero dentro del género, pasó bastante ligera. Empezaron tarde y recuperaron el tiempo perdido, es decir, corrieron mucho. Y no hubo apagones. Un detalle. Aunque en ocasiones el apagón era mental porque algunos y algunas de los que recibieron la manzana pedían a gritos que le diéramos al mando a distancia para quitárnoslo de nuestro aburrimiento. Pero en general, oiga, pues, mire, una gala más, no excesivamente tediosa, que no es poco. -
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