Algo más que palos de helado amontonados
Aunque parezca mentira, con palos de helado se pueden realizar construcciones fuertes y bellas al mismo tiempo. Un claro ejemplo de lo dicho es el ya tradicional Concurso de Maquetas de Puentes de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbo, en el cual se premian la estética y la resistencia de las maquetas presentadas.
Un año más, la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbo ha organizado el VI concurso de maquetas de puentes. Así planteado no parecería muy complicado, pero la verdad es que engaña. La dificultad estriba en el material utilizado, ya que los puentes están construidos con palillos de helados, cola e hilo bala, como mucho. Son materiales muy ligeros, que estudiándolos de manera adecuada y después de trabajar muchas horas con ellos para darles forma, se pueden construir puentes muy resistentes. Aunque parezca alucinante, una persona que pese 60, 70 o más kilos podría subirse encima de las construcciones y saltar sobre ellas, sin que se derrumben. En el certamen que tuvo lugar durante la mañana de ayer en el segundo pabellón de la antigua Feria de Muestras de Bilbo, participaron seis maquetas. El jurado valoró la calidad estética de los proyectos y su funcionalidad. Para medir la resistencia de las construcciones se utilizaron las típicas baldosas de Bilbo, que pesan alrededor de 6 kilogramos, así como placas de acero de 10 kilogramos cada una. La participación en el concurso es libre y no hace falta ser perito o arquitecto para poder tomar parte en el certamen. Además, no todos los concursantes eran veteranos; de hecho, Xabier Viyuela y Alain Tijero concursaban por primera vez. Los dos amigos son estudiantes de Ingeniería y afirmaron que la experiencia les ha gustado «muchísimo». Ahora bien, su construcción supone sacrificio, ya que ambos pasaron dos semanas sin parar de trabajar en el proyecto. Los jóvenes declararon que su objetivo al presentarse al certamen era «conseguir los créditos de libre elección que ofrece la universidad». Una vez que se propusieron realizar la maqueta, la idea de competir por la estética se les pasó por la cabeza. «Nos hemos inspirado en el Puente de las Cadenas de Budapest para realizarla», apuntaron los dos amigos. De hecho, la belleza de la maqueta construida no pasó desapercibida ante los ojos del jurado, ya que obtuvo el segundo galardón del concurso. El primer premio en la categoría de estética se lo
llevaron los hermanos Basilio y Lucía Inma Ovejero, que ya obtuvieron el segundo
premio de la misma modalidad durante el año pasado.
Resistencia
Aunque sea increíble, las construcciones formadas por palos que participaron ayer en el concurso pueden llegar a soportar hasta media tonelada. Es el caso del ganador de las cuatro ediciones anteriores, Pablo Cearra, que, aunque no se presentó al concurso, batió el récord de resistencia con 551kilos.El peso que soportaron las construcciones variaba según sus coeficientes. La primera maqueta en caerse fue la número siete, que pertenecía a cuatro alumnas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbo. Después de que cayeran dos más, la expectación se centró en la maqueta de Alain y Xabier. Tras aguantar 417 kilogramos de peso, el puente se derrumbó para desdicha de las personas que continuaban admirando su estética y resistencia. Finalmente, el premio se lo volvieron a llevar los hermanos Ovejero, ya que su diseño fue el que más aguantó el sobrepeso. -
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