Juan Joxe Petrikorena acompaña ya a Juan Mari Olano en una celda de Soto del Real y los dos esperan, al parecer, la llegada de Arnaldo Otegi. Y en la prensa de la ultraderecha española los de siempre se frontaban ayer las manos por lo que en Euskal Herria, con las excepciones conocidas, ha caído como un jarro de agua fría. Las excepciones son, claro, ‘‘El Correo Español’’ y ‘‘El Diario Vasco’’ que publicaban un mismo editorial para felicitarse por los encarcelamientos.

El editorialista de ambos medios aplaudía al aspirante a estrella judicial y, además, lo explicaba:«la teoría de que la permisividad hacia la izquierda abertzale ilegalizada favorece la paz constituye una presunción abiertamente objetable desde una perspectiva histórica, dado que la experiencia demuestra más bien lo contrario». Y eso mismo, dicho en román paladino, quiere decir que según ‘‘El Correo Español’’ y ‘‘El Diario vasco’’, hay que encarcelar a todos y cada uno de los miembros de la izquierda abertzale para que, debidamente ‘ablandados’ por los palos, renuncien a su ideario. Lo demás, monsergas.

En su primo-hermano madrileño, ‘‘Abc’’, también insertaban un editorial ponzoñoso en el que, con la cara más dura que la esfinge de Gizeh, concluían que «no se persiguen ideas legítimas ni se reprime a ‘agentes sociales y políticos’ del independentismo vasco. Se ha actuado contra presuntos terroristas». Siguen convencidos de que en estos pagos, nos chupamos el dedo.

Pedro José Ramírez, el rey de la confusión, también editorializaba sobre el ‘Caso Marlasca’ y daba saltitos de alegría frente al ordenador:«Es una buena noticia que, pese a la ceguera voluntaria del fiscal y gracias al empeño y a la tenacidad de Grande-Marlaska, las bombas, el vandalismo y la extorsión no salgan impunes en el País Vasco». Algún día alguien deberá decir las verdades del barquero a quienes hace mucho tiempo ya que perdieron la vergüenza.

No esperen menos de ‘‘La Razón’’, que ya no se sabe si escribe en serio, por lo menos cuando de asuntos que afectan a Euskal Herria se trata. Ayer en su editorial, los que añoran “El Alcázar” decían que «a estas alturas, ya deberían haberse enterado de que hay un juez en la Audiencia Nacional que no entiende ni de oportunismo político ni de cambalaches entre partidos: sólo de aplicar la ley». A otro perro con ese hueso. -