La conjunción de estos tres creadores románticos y de estos cuatro virtuosos instrumentistas nos ha dado la ocasión de degustar sedosas sonoridades, muy bien moldeadas en melodiares deliciosos.

Así, el diseño de la obra de A. Klughardt “Schilflieder” para oboe, viola y piano, Op.28 desarrollado en cinco movimientos contrastantes en aire, bien modoso bien enérgico, nos ha permitido saborear el canto del oboe, que la viola cálida complementa mientras el piano arpegia adornante.

El paso a Kart Reinecke con su “Trio en la menor’’ para oboe, trompa y piano, Op.188 corroboró, una vez más, la altura artística del oboe y la trompa pero también el hacer complementario del piano en las hábiles manos del ucranio Gladkov, sedoso,,a veces, y enérgico y brioso, en otras ocasiones. Gran cuarteto de solistas instrumentales europeos. -

OTXANDIO