El hospital de Cruces no oculta su satisfacción por haber realizado una operación «más espectacular que difícil». Televisiones, webs, periódicos han corrido a aportar las imágenes de una persona a la que un equipo de reconocidos profesionales de la sanidad pública vasca ha liberado de un bulto de 60 kilogramos de peso.
Es evidente que una intervención de esas características por ser una circunstancia, afortunadamente, excepcional, tiene un interés indiscutible.
Hasta ese punto, los compañeros y compañeras de nuestra redacción mostrábamos un nivel de coincidencia aceptable. El debate ganó grados cuando abordamos si el ofrecer imágenes de interés científico a un lector que, en general, carece de conocimientos médicos, y al que no se le aportan elementos de análisis añadidos para valorar en su justo término la información es lo más adecuado. Máxime si el caso nos plantea dudas de sensibilidad y temor a caer en el sensacionalismo.
Y la discusión se puso al rojo vivo: el lector tiene derecho a ver y leer todo aquello que sea nuevo, cierto, veraz... Eso es noticia. Juicio inapelable en un aula de periodismo . Donde, por cierto, todo estaba mucho más claro, o así nos lo parecía.
Como las cosas son más complicadas, los partidarios de la libertad gesticulaban y exponían motivos sólidos. De su parte, los defensores de la libertad de prensa ¿responsable? aludían a los límites que, ya por imperativo de ley, ya por ideario de unos y otros, se imponen cada día los medios.
Caerá en la cuenta el lector de que en las páginas de nuestro diario no ha encontrado las «imágenes más espectaculares» ni en nuestra web los vídeos sobre el manejo médico de la mediatizada operación.
Me libraré muy mucho de sentar cátedra sobre lo que han hecho otros medios de mi entorno, ya que, de entrada, como cualquiera de mis colegas me debato cada día entre el afán de mostrarlo todo y más y la obligación de informar con la mayor honestidad posible sobre cuantos hechos acontecen.
¿Cuanto más pueden ver nuestros ojos mejor comprende nuestra mente? ¡Ufff! Sólo sé que mi interés informativo apunta a lo que no se nos muestra explícitamente en esas imágenes. ¿Qué falló para que una mujer llegara a esa situación? ¿Cuántos, dónde y por qué no actuaron antes? ¿Está orgulloso el sistema social y de salud? Pero si se trata sólo de espectáculo, sobran las palabras. -