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Gara > Idatzia > Iritzia > zirikazan 2006-04-10
Josebe Egia
Mujeres en pie de paz

La premisa básica para que un juez pueda ser considerado tal es la imparcialidad a la hora de juzgar. Está claro que Grande Marlasca es todo menos juez. No comparto del todo que el PSOE pueda hacer algo para detener las actuaciones de ese individuo; la separación de poderes ­que evidentemente en el Estado español no funciona como en una democracia que se precie de tal­ sí permite, sin embargo, que éste, Garzón y otros y otras pretendidas juezas campen a sus anchas. Qué triste que el PNV y su Gobierno ­olvidando las enseñanzas de nuestros ancestros­ no apliquen el pase foral a las arbitrariedades de esa gente y, al contrario, se esfuercen en cumplir con sus órdenes a costa de lo que sea, aunque ello suponga un elemento más de crispación en nuestra sociedad.

Ninguno de ellos y ellas estuvieron en la manifestación de Bilbo y, por lo visto, no les ha llegado el clamor de miles y miles de personas diciendo que es tiempo de solucionar el conflicto. A lo largo de toda la marcha primaba la presencia de mujeres, salvo en la pancarta, sólo tres. Una muestra de que la paridad está lejos de las cúpulas de las organizaciones políticas, sindicales e incluso de las tres organizaciones que represen- taban al movimiento social. Quienes organizaron la manifa salvaron un poco el tipo respetando la paridad a la hora de leer el manifiesto, dos mujeres y dos hombres.

Sin embargo, las mujeres vascas, como otras tantas en países con conflictos similares al nuestro, están aportando sus esfuerzos en el proceso para un cambio real de escenario, o donde ellas ­desde la diferencia ideológica, fuera de intereses electoralistas y sin renunciar a defender democráticamente sus ideas­ también sean parte activa de la resolución.

El sábado en Donostia se dio el pistoletazo de salida de esta particular campaña. Alrededor de 200 mujeres de todos los partidos políticos de Euskal Herria, salvo los de la derecha española y francesa, de los sindicatos del país, así como de algún movimiento social, suscribieron un Manifiesto en el que abogan por la resolución democrática del conflicto. El documento se trasladará a las mujeres del movimiento feminista y de otros ámbitos, como el artístico y cultural, con el fin de lograr el mayor número de adhesiones posibles y conformar así una especie de plataforma ­compuesta exclusivamente por mujeres­ que estará presente en el proceso de resolución.

Las promotoras de este documento destacaron el carácter plural de la iniciativa y definieron el texto como «un acuerdo de mínimos que demuestra que, si se quiere, es posible trabajar en común para avanzar en la vía de la solución». Las firmantes del texto lo hicieron a título personal, pero quienes lo han promovido dejaron claro que el documento cuenta con la aprobación de las ejecutivas de sus organizaciones.

En el momento de escribir este artículo no conozco bien el texto, salvo lo publicado, pero es de esperar que se haya mantenido la perspectiva de género del borrador que decía: «hoy por hoy, y dado el modelo social en el que vivimos, el protagonismo de los hombres y las mujeres no es el mismo en la vida política de nuestro país (...) en tanto que padecemos las consecuencias de un conflicto que en nada nos es ajeno, venimos a reivindicar la participación y el protagonismo que las mujeres también debemos tener a la hora de buscar soluciones», «debemos ser sujetos activos de la solución, al igual que hemos sido sujetos de lo que hasta ahora ha sucedido». Del mismo modo que se expresa el respeto a lo que decida la sociedad vasca y el compromiso de trabajar para blindar el proceso de modo que no se frustre.

En definitiva, lo que las mujeres vascas manifiestan es que están decididas a hacer lo mismo que vienen haciendo las israelitas y palestinas, las madres y abuelas de la Plaza de Mayo, las irlandesas ­a las que Alec Reid reivindica como uno de los activos más importante en el proceso de paz­. Se trata de una iniciativa similar al importante trabajo de la Red de Mujeres de Negro, que reúne a mujeres de todos los países de la ex-Yugoslavia, Europa, EEUU, América Latina, Asia y Africa, y que sirve para fomentar la solidaridad entre mujeres por encima de fronteras, divisiones y barreras étnicas, religiosas y raciales, impulsando la creación de coaliciones multiculturales de mujeres por la paz, la participación de mujeres en la resolución no violenta de conflictos, los vínculos entre feminismo y antimilitarismo. Habrá que volver al tema. Y no es una amenaza. -

jegia@gara.net


 
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