DONOSTIA
Miles de personas participaron ayer en Donostia 5.500 manifestantes según el recuento realizado por GARA en la manifestación que un grupo de ciudadanos de la capital guipuzcoana convocaron en respuesta a la prohibición que el juez Fernando Grande-Marlaska decretó contra el acto que Batasuna pretendía realizar en el Kursaal para exponer la línea política a seguir de la formación independentista de cara a los próximos años. «Por los derechos civiles y políticos» fue el eslogan que abrió la cabecera de la manifestación, acompañado de cientos de ikurriñas y de banderas de Nafarroa. Cartelescon el lema «independentzia» y «sozialismoa» también se podían ver por doquier en manos de los participantes. Abundante fue también la presencia policial. Seis dotaciones de la Ertzaintza precedieron la manifestación sin perder detalle alguno del mismo, mediante la grabación continua de los presentes, mientras que otras dos furgonetas se situaron ante los accesos al Kursaal y la sede que el PSE tiene en la calle Prim de Donostia.
Diez de los convocantes fueron los que sujetaron la pancarta que abría la manifestación, mientras que varios representantes de la Mesa Nacional de Batasuna se dejaban ver entre las primeras filas, acompañados de algunos representantes políticos de la izquierda abertzale, entre ellos el secretario general del sindicato LAB, Rafa Díez.
La masiva manifestación que pretendía responder «a las continuas vulneraciones de los derechos civiles y políticos por parte de los estados español y francés», partió a las 12.00 del mediodía desde el Boulevard donostiarra, y finalizó en el mismo lugar con la lectura de un manifiesto por parte de uno de los convocantes de la marcha. Durante el trayecto se corearon gritos como «demokrazia euskal herriarentzat», «independentzia», «jo ta ke, irabazi arte» o «euskal presoak euskal herrira», entre otros.
Mientras la cola de la manifestación aún se encontraba en el recorrido de la marcha, se daba inicio al acto con el que finalizó la movilización de ayer. Uno de los convocantes fue quien tomó la palabra para agradecer a las miles de personas su presencia en la marcha que denunció «los últimos ataques represivos», que tildó reiteradamente como de «muy graves», contra el nuevo escenario político abierto y contra el proceso de resolución.
«Nos toca defender a nosotros»
El orador señaló que en el camino para la resolución del conflicto político de Euskal Herria ha habido sucesos positivos y negativos. Entre los hechos positivos enumeró el alto el fuego permanente decretado por ETA, la manifestación del pasado 1 de abril en Bilbo, y la aportación que mujeres de toda Euskal Herria han realizado recientemente al suscribir un documento por un proceso democrático.
Entre los aspectos negativos, en cambio, el orador citó el encarcelamiento de ciudadanos vascos, la imposición de cuantiosas fianzas económicas o la prohibición del acto que Batasuna pretendía desarrollar en el Kursaal donostiarra. Tildó de «muy graves» las agresiones llevadas a cabo contra la izquierda abertzale. «Estas graves agresiones, no son más que ataques que prolongan el conflicto. La era de las agresiones que no hacen más que alargar el conflicto, la era de la represión y de la negación, ha fracasado», sentenció ante los miles de ciudadanos el convocante de la marcha que tomó la palabra. «Este país quiere y necesita soluciones. Este país quiere justicia, quiere la solución, y es todo esto lo que nos toca defender a todos nosotros», señaló, y conminó a los presentes a que continúen movilizándose ante todo tipo de agresiones que pretendan obstaculizar el proceso para la resolución. «Es la era del respeto a la palabra y a la decisión de los vascos», destacó el orador, apuntando a su vez a la necesidad de que se cree «cuanto antes» la llamada mesa de partidos, ya que a su juicio «es lo que desactivará las nuevas agresiones que puedan llegar por parte de los estados».