El segundo volumen del Proyecto de Udalbiltza “Euskal Herria Datuen Talaiatik” no sólo ofrece una interesante radiografía de este país, sino que, además, tiene la virtud de hacer aflorar tópicos y contradicciones en la imagen que de los vascos y vascas se intenta transmitir.

En el apartado dedicado a movimientos migratorios, un dato debería llamar la atención de quien tiene como única fuente de información sobre este pueblo los medios de comunicación españoles y franceses: en el periodo que abarca los últimos seis años se han establecido en los siete herrialdes de Euskal Herria 72.684 personas más de las que los han abandonado para residir en otros países. Ciertamente, este dato no se corresponde con ese carácter excluyente, con esas supuestas actitudes de la sociedad vasca basadas en criterios étnicos. Es innegable que también en esta tierra existen actitudes racistas inaceptables, y decir que no más que en otros lugares no puede servir de excusa; no obstante, no parece que los inmigrantes perciban del mismo modo la «realidad» que de este pueblo dibujan sus vecinos.

Esa cifra que refleja un saldo migratorio positivo, además, es inferior a la real, toda vez que habrían de sumársele los inmigrantes no censados, los inmigrantes «no existentes». Y mencionar a esas personas nos lleva a recordar que en este país en el que han recalado, gran parte de su población son personas que, aun siendo naturales del lugar, son también legalmente inexistentes, salvando las distancias, toda vez que no son reconocidos, aceptados, como ciudadanos de su país; se encuentran con gente a la que hacen sentirse extranjera en su propia tierra, en su propia lengua, en su propia concepción del mundo.

Los responsables de este gran trabajo estadístico resaltan la dificultad de realizarlo, la misma dificultad con que se topa todo aquél que quiera actuar y vivir en sintonía con una dinámica nacional vasca. Los ejemplos resultan enormemente ilustrativos: según todos los estudios estadísticos de los estados español y francés, e incluso de los gobiernos autonómicos, una persona que se desplaza de Lapurdi a Gipuzkoa es inmigrante «extranjero», mientras que si lo hace de Nafarroa, es inmigrante «procedente de España». Pero de quienes niegan a Euskal Herria la propia existencia no se puede esperar ningún interés en darla a conocer tal y como es. -