La semana pasada se celebró la Asamblea General de Kutxa. El presidente, Sr. Etxepare, no perdió la oportunidad para hablar, cómo no, del alto el fuego de ETA y las oportunidades de esta nueva etapa. Eso sí, dio una visión exclusivamente empresarial, con lo preocupante que ello pueda ser para la inmensa mayoría de la ciudadanía, mucho más preocupada por sus problemas que de la visión parcial de Kutxa ante este tema.

Etxepare se olvida de que con alto el fuego o sin él este país, Euskal Herria, padece un grave problema político, de reconocimiento, de poder de decisión y organización propio que, al parecer, no le importa. Todavía no hay solución al mismo y por tanto será responsabilidad de todos llevarlo a buen puerto. Echarle la culpa de todo a una parte es dar una visión muy sesgada y unilateral de lo que esta ocurriendo. Además lanzó un mensaje altamente peligroso, sobre un modelo que refuerza el sector servicios y centrado, sobre todo, en la capital donostiarra, pero que poco o nada tiene que ver con las necesidades de todo Gipuzkoa.

No se puede decir, sin sonrojarse, que la pérdida de iniciativas, ilusión, oportunidades, conocimientos y capacidad de desarrollo de nuevos proyectos empresariales se debe a la presión ejercida por ETA y que ahora se van a normalizar las relaciones empresariales gracias al alto el fuego. Ahora todo va a ir bien para el negocio de unos pocos que continuarán engordando sus cuentas de resultados, mientras la mayoría de la ciudadanía continuará quedándose con la peor parte, precariedad, sueldos miserables, largas jornadas.

Si ésta es su apuesta que no piense que va a contar con nuestro apoyo. Ya nos hemos manifestado los consejeros de la izquierda abertzale a favor de un cambio del modelo en Kutxa, de una Caja más social. Apostamos por un cambio de modelo, pero a favor de unas Cajas más sociales, para un reparto más justo de la riqueza.

Apostamos por un modelo distinto al que han llevado y del que parece que quieren apuntar. Queremos una política de inversiones que apuesten por el fortalecimiento de nuestro tejido productivo, no con criterios especulativos y de obtención rápida de beneficios. Es necesaria una reorientación de las inversiones para convertirlas en instrumento de creación de empleo digno y del desarrollo económico y social de este pueblo.

No podemos dejar de reclamar una ayuda especial y una potenciación del sector primario, posibilitando el desarrollo y la reactivación de los subsectores agrario y pesquero, primar el desarrollo sostenible, la producción de calidad y el valor social del trabajo en esos sectores. Sobre el sector secundario es necesaria una política crediticia que favorezca proyectos que reactiven el tejido industrial de Euskal Herria. Sectores estratégicos, energías renovables, tecnologías blandas no contaminantes... articulando mecanismos de control social que aseguren el destino final de dichas inversiones.

Todo esto unido a un cambio en la Función Social global que deben tener las cajas, desarrollando una Obra Social más solidaria y que atienda especialmente a los colectivos más necesitados, así como un aumento de los importes destinados a este fin, con el referente del 50% de los beneficios anuales a la Obra Social.

No ignoramos la trascendencia y complejidad de este nuevo modelo pero estamos observando que se están produciendo tiempos nuevos, donde todo necesita ser acordado y acoplado a la realidad de este país. Estamos convencidos de que en este camino vamos a encontrarnos con otros agentes igualmente interesados en el cambio de modelo y que interpretamos el sentir de buena parte de la sociedad. Esperamos que la Entidad que el Sr. Etxepare preside no sea un obstáculo para llevar adelante ese cambio. -