El celuloide, la criptonita del Capitan
DONOSTIA
El Capitán Trueno, siempre dispuesto a defender a los débiles ante bellacos y malandrines, ha recorrido, en compañía de Crispín y Goliath, desde el Oriente próximo a las tierras de los mongoles, desde las estepas rusas a los bosques de Europa Central, sin olvidar la nórdica Thule, donde le aguarda la fiel Sigrid. Y, sin embargo, hay un territorio que le sigue estando vedado: la gran pantalla.El celuloide ha resultado ser para Trueno lo que la criptonita para Superman. Y no es que a lo largo de los años no haya habido intentos de que protagonizara películas. El último fracaso, no obstante, es quizá particularmente doloroso, porque, desde que Filmax, una productora importante, adquirió los derechos cinematográficos sobre el personaje en 1998, parecía que la principal barrera con la que se había topado el Capitán durante años para dar el salto a la pantalla, la económica, había quedado definitivamente atrás.
El Trueno de Bajo Ulloa Filmax puso el proyecto en manos de Juanma Bajo Ulloa, quien durante dos años trabajó con enorme ilusión, pues el Capitán, según confesaba el gasteiztarra, fue, junto a Batman, era su principal héroe de tebeo en la infancia. Escribió un guión para un filme «de acción a la americana, vanguardista en muchos aspectos, con un Trueno valiente, pero también escéptico y realista». Un Trueno que, «por fin bromeaba, podría incluso gozar de una divertida vida sexual con Sigrid», puesto que, como consecuencia de la censura franquista, en los tebeos, ambos debían dormir ostensiblemente por separado.
Pero en 2001 el proyecto se frustró. El filme que Bajo tenía en la cabeza no coincidía con el proyecto de Filmax, que buscó un director sustituto. En mayo de 2004, la productora anunció que ese sustituto sería Alejandro Toledo y que el rodaje se iniciaría en 2005. No fue así.Ese mismo año concluía el contrato de cesión de derechos. Filmax solicitó una prórroga, pero Mora y Ediciones B rehusaron, argumentando que, desde que se suscribió el contrato en 1998, «ya había tenido suficiente tiempo».
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