BILBO
El Ayuntamiento de Bilbo reducirá a partir de hoy el volumen de tierras del solar de San Agustín para aliviar la presión que actualmente soporta el muro de contención ubicado junto a la calle Guardia Bernardo Alonso, en la parte trasera de la casa consistorial, una actuación de emergencia que durará alrededor de tres semanas, indispensable para poder garantizar la estabilidad del muro y la integridad física de todas las personas que diariamente transitan por los alrededores. Desde finales de 2003, este solar es utilizado como aparcamiento municipal, y aunque el estado de las infraestructuras y elementos del estacionamiento es correcto, la antigüedad del muro perimetral ha favorecido la aparición de deficiencias en su parte superior, que en algunos tramos supone un peligro evidente de desprendimiento hacia las áreas inferiores de tránsito peatonal y rodado.
Según informó el Ayuntamiento en una nota, los trabajos se centrarán fundamentalmente en la retirada de todo el volumen de tierras (unos 9.000 metros cúbicos) existente en la actualidad por encima de la Calle del Cristo y de la calle San Agustín, con lo que se aliviará la actual situación de sobrecarga de la parte superior del muro de contención.
Una vez terminadas estas obras de excavación, cuyo efecto más inmediato será la reducción de la cota actual del solar de San Agustín, se procederá a la rehabilitación del estacionamiento municipal, que ha sido desocupado, lo mismo que la antigua rampa de acceso lateral, utilizada también como aparcamiento.
El Ayuntamiento de Bilbo ha desestimado la posibilidad de realizar trabajos de refuerzo o remodelación del citado muro, mucho más costosos desde un punto de vista técnico y económico, y ha optado por la solución técnicamente más sencilla y que mejor encaja con los futuros movimientos de tierras necesarios para la construcción del futuro edificio administrativo municipal.
El muro de contención de San Agustín, de finales del siglo XIX, es contemporáneo a la construcción de la antigua estación terminal de la línea ferroviaria Bilbo-Areeta, que estuvo situada en este solar antes de su prolongación hasta la Plaza Unamuno.
Las características del terreno y el tipo de equipamiento a construir aconsejaron entonces crear una explanada elevada, a más de diez metros de altura sobre la Plaza Ernesto Erkoreka, y cercada por un muro perimetral de mampostería.