El Senado del Estado norteamericano de Idaho aprobó el martes una declaración institucional por la que expresa el apoyo a un proceso de paz en Euskal Herria. La decla- ración, a la que ya había dado su respaldo, por unanimidad, la Cámara de Representantes, fue presentada por el legislador Carlos Bilbao y está avalada por quien fuera secretario de estado, Pete Cenarrusa. Una vez ratificada por las dos cámaras, el Estado de Idaho remitirá la declaración a la Cámara de Representantes y al Senado estadounidenses así como a los jefes de gobierno español y francés y al lehendakari Juan José Ibarretxe.

La declaración institucional, además de saludar el alto el fuego permanente decidido por ETA, como han hecho ya, entre otras instancias internacionales, la Casa Blanca, la Comisión Europea, el secretario general de la ONU Kofi Annan o el Papa Benedicto XVI, apuesta por «promover el cese de la violencia y lograr una paz duradera» en Euskal Herria. Por ello, apoya a los representantes institucionales destinatarios del texto en sus «esfuerzos para establecer un proceso que logre una paz duradera, de acuerdo con un proceso de votación democrático que logre un nivel adecuado de autonomía gubernamental para Euskal Herria».

De este modo, los legisladores de Idaho, Estado con una dinámica comunidad vasco-americana, califican de histórico el alto el fuego permanente proclamado por ETA el pasado 22 de marzo, pero van más allá al apelar al logro de una paz duradera que vinculan a un proceso de decisión de los ciudadanos y las ciudadanas de Euskal Herria. Tal como se encargó de señalar Dave Bieter, el impulsor del memorándum en apoyo a los derechos del pueblo vasco (house-joint memorial nº14), aprobado en 2002, esta nueva declaración viene a ser una continuación de su iniciativa, que provocó en su día una fuerte marejada diplomática, a cargo del entonces embajador español en Estados Unidos, Javier Rupérez.

Aunque se trate de declaraciones no vinculantes, las sucesivas iniciativas de los legisladores de Idaho han contribuido a evocar periódicamente la cuestión vasca, desde la perspectiva de los derechos, en el seno de la Administración de EEUU. Más allá del grado de influencia alcanzado por ésta y otras intervenciones de «amigos de Euskal Herria», deben valorarse por lo que aportan de acompañamiento e impulso al proceso vasco. -