Maite Soroa
Los fantasmas de los nerviosos
Ahora que las cosas parece que empiezan a moverse, los elementos m�s inmovilistas del Antiguo R�gimen comienzan a mostrar signos inequ�vocos de nerviosismo. Y, adem�s, no se resisten a ponerlo por escrito. Ju�n Ram�n Corpas Maule�n, consejero en el Gobierno foral, escrib�a ayer en �El Mundo� sobre sus angustias y soflamaba sobre todo lo que huela a vasco. Dec�a Corpas que Nafarroa �vive en el riesgo de desaparecer como Comunidad Foral y ser absorbida por una de sus vecinas, la comunidad vasca�. �Qui�n ha hablado aqu� de �absorciones� y �desapariciones�? Corpas busca corpus ideol�gico para la melonada anterior y lo encuentra en el ba�l de los t�picos:�Todos los nacionalismos etnicistas comparten puntos comunes: visi�n m�tica de la historia, utilizaci�n pol�tica de las lenguas (resumida en el concepto rom�ntico del genio o el esp�ritu de las lenguas, el c�lebre Volkgeist, es decir, �una lengua, una naci�n�), y expansi�n e irredentismo territorial, (el Anschluss sobre Austria, el derecho din�rico sobre Kosovo...)�. Repasen las cosas que dice, por ejemplo, Bono y creer� la lectora (o el lector) que habla del nacionalismo espa�ol, pero no. Habla, claro, del nacionalismo vasco:�El nacionalismo vasco comparte con el nazismo y otros movimientos similares tales caracter�sticas. Y es que, a la manera de Hitler, se ven a s� mismos como asociados de Dios en la tarea de ordenar y perfeccionar la parte de la Humanidad que les importa�. Asociados de Dios deben ser los del Opus Dei, tan pr�ximos, por cierto, a Corpas y compa��a, porque lo que es servidora se preocupa poco por las cosas que no son de este mundo. Tal es su nerviosismo que retrata, por ejemplo, a la derechona que antecede a su propio partido:�cuando se sienten llamados a anexionar un territorio que ni los azares hist�ricos ni la voluntad de las gentes han puesto en sus manos, utilizan cualquier m�todo que est� a su alcance: violencia terrorista, intimidaci�n medi�tica, inmersi�n ling��stica, negociaci�n por la paz lo que sea, con tal de alcanzar la meta que les ha sido asignada en sus sue�os prof�ticos�. Y, como dicen que dijo P�o Baroja, sus predecesores de cresta roja y �detente bala� al pecho, despu�s de comulgar, atacaban al hombre. Vienen d�as de agitaci�n. Algunos sacar�n a pasear todos los fantasmas. Incluso los inexistentes. - msoroa@gara.net
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