Josebe Egia
Primero de Mayo con "P" de g�nero
Si pensamos que es posible conseguir un mundo mejor m�s justo, igualitario y sin discriminaciones hoy, 1� de Mayo, es una buena ocasi�n para sacar a la calle la lucha contra las �P�: precariedad, paro, pensiones. No es que los trabajadores lo tengan bien, pero estas �P� impiden que las mujeres, por lo menos, est�n en pie de igualdad con ellos. Hay otras �P� tambi�n que reivindicar y que afectan de modo desigual a mujeres y hombres, siempre en detrimento de las primeras: prostitutas, presas, participaci�n en la toma de decisiones o en los Alardes... pero esas las vamos a dejar para otro d�a. Hoy es 1� de Mayo, d�a de las y los trabajadores para reivindicar sus derechos, para entonar el �arriba parias de la tierra...� y para juntarse la gente de los sindicatos a pasar un buen d�a. Por eso hablaremos de la precariedad, del paro y de las pensiones, aunque podr�amos hablar de una sola �P� que engloba a todas ellas, la pobreza. Como es sabido, por lo que no voy a dar datos, entre las y los pobres, ellas lo son m�s. Poco podemos esperar del flamante acuerdo entre CEOE, CCOO y UGT y el Gobierno del Estado, salvo alg�n disgusto en lo que se refiere al �mbito de la negociaci�n colectiva. Sin embargo, parece que se atisba un cambio de actitud en la disposici�n de ELA para llegar a una unidad de acci�n con LAB en la negociaci�n colectiva. �Ojal�! Deseamos volver a las manifestaciones multitudinarias en las que los dos sindicatos y sus militantes �bamos juntos y revueltas. Esto, sin duda, llevar�a a mejorar las condiciones laborales de las y los trabajadores vascos y, en el plano pol�tico, tambi�n ser�a un avance para la resoluci�n del conflicto. Volviendo a la primera de las �P�, la precariedad, los datos indican que existe una desigualdad sustancial entre mujeres y hombres. En Hego Euskal Herria la proporci�n de contratos indefinidos baja en el caso de los dos sexos es a�n menor entre las mujeres. Para ellas es tambi�n menor la duraci�n de los contratos eventuales y mayor la tasa de rotaci�n. En los contratos a tiempo parcial entre el 80 y el 90% corresponden a trabajadoras. La clasificaci�n profesional de los convenios colectivos y las valoraciones de puestos de trabajo presentan importantes sesgos de g�nero, que inciden en las escalas salariales, lo que supone que se produzcan discriminaciones que llevan a una diferencia cuantitativa en los salarios que perciben unos y otras, alrededor del 30% menos las mujeres. Tambi�n la discriminaci�n vertical est� presente en todos los sectores de actividad. Es decir, los puestos de responsabilidad est�n mayoritariamente ocupados por hombres, incluso en las empresas donde las mujeres son mayor�a. Y esta situaci�n de precariedad la sufren las mujeres que tienen un empleo. Para quienes lo buscan, el paro, para ellas presenta la misma cara de la moneda: desigualdad por sexo. Esta situaci�n se da, incluso, entre las generaciones m�s j�venes que, a pesar de que ambos sexos tienen crudo encontrar un trabajo digno, ellas lo tienen peor, aunque su cualificaci�n acad�mica sea mejor. Esperemos que hayan tomado nota de lo que ha pasado en Francia y lo que han conseguido con una movilizaci�n masiva �que la uni�n hace la fuerza! as� que el Gobierno se ha tenido que tragar la reforma con la que pretend�a precarizar a�n m�s el empleo para las y los j�venes. Tampoco voy a dar cifras de esta �P�, que todos los meses nos las cuentan tanto el INEM como el Gobierno Vasco y, aunque no coinciden en n�meros, en todas las estad�sticas se constata que hay m�s desempleadas. Y �qu� decir de las pensiones? Pues hay que empezar denunciando que se mantengan diferentes reg�menes de la Seguridad Social. Desde el R�gimen especial de trabajadoras de hogar donde no se comienza a percibir la prestaci�n de baja por enfermedad hasta el d�a 28 y las pensiones� en el mejor de los casos si la o el empleador ha cotizado, son siempre las m�nimas, al R�gimen Especial Agrario, que aunque afecta a trabajadoras y trabajadores del sector, tiene una especial incidencia entre las mujeres que trabajan en explotaciones familiares. Otra, las pensiones del colectivo de viudas. Casi todas mujeres mayores que no perciben una pensi�n que se situ� en el umbral de lo necesario para vivir dignamente� En definitiva, pobreza con cara de mujer. Por contra, las empresas est�n logrando los beneficios econ�micos m�s importantes del �ltimo decenio y en el acuerdo estatal el Gobierno va a lo suyo, a poner m�s dif�cil conseguir una pensi�n digna. - jegia@gara.net
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