El CSKA de Moscú consuma al fin su venganza y se lleva la Euroliga
·El ambiente tan impresionante de más de 9.000 israelíes no amilanó a los de Messina
CSKA MOSCU 73 MACCABI TEL AVIV 69 ARBITROS : Jungerbrand (Finlandia), Koukoulekidis
(Grecia), Belosevic (Serbia). Eliminaron por faltas a Burstein, del Maccabi.
PARCIALES : 18-18,17-12 (35-30 al descanso), 14-18, 24-21. INCIDENCIAS : 16.000
espectadores. Lleno absoluto en el Sazka Arena en la final del la Final Four de
la Euroleague en Praga.
GASTEIZ
Lo merecía. Sin duda CSKA lo merecía por la grandiosa Final Four realizada. Por una temporada a nivel europeo durísima y una final jugada a cara de perro. El 73-69 final testimonia lo duro que fue el camino del campeón.El partido comenzó con el rugido atronador de 9.000 almas que al grito de «¡Maccabi!, ¡Maccabi!» arengaban a los suyos para lanzarse a degüello contra los rivales del CSKA. Al principio surtió efecto la salida en tromba de los macabeos, con un 0-7 de inicio. Pero el saber hacer de los Smodis, Langdon y un mate espectacular del gigante Savrasenko, previo tapón del mismo pívot ruso, empataron el encuentro. A partir de ahí, el primer cuarto fue un toma y daca sin tregua que, pese a la iniciativa israelí, terminó con empate a 18. El segundo asalto dio a conocer a las extasiadas pupilas de los aficionados al buen baloncesto de la mejor canasta de toda la Final Four: un triple imposible de Anthony Parker flamante MVP de la Euroliga con un único segundo de posesión. Aquello ponía el 22-25 a favor de los macabeos, pero un 10-0 a favor de los rusos, que sólo tenían en mente librarse de la afrenta sufrida el año pasado, dio la vuelta al partido, con una defensa en zona y Theodoros Papaloukas, el verdadero jefe de operaciones del CSKA en la pista, al frente. Al final, un 35-30 para los rusos que ponía en serio para los intereses de los hombres de Pinhas Gershon, la tercera victoria consecutiva en la Euroliga de baloncesto, que era lo que buscaba. Vanterpool anotó el primer tiro del tercer cuarto y Parker protagonizó la jugada tonta, al pitársele pasos por un resbalón absurdo que dio con sus huesos en el suelo. Un dos más uno de Vanterpool ponía un peligroso 40-30 en el marcador y el Sazka Arena... se calló. El Maccabi apretaba, y la salida por faltas de Vanterpool auténtico martillo pilón en el tercer período dio el ansiado respiro a los israelíes. Pero una falta de ataque de Burstein suponía un traspié, refrendado por un coast to coast de Papaloukas. Un triple de Jamie Arnold puso el 46-42 en el marcador, y Vujcic empataba. A falta de diez minutos, 49-48 en el luminoso y el corazón en un puño. Todo estaba por decidir y, aunque era difícil prever lo que iba a suceder, este respiro resultaba vital para afrontar los últimos diez minutos del mejor partido emocionalmente, sin duda de la temporada en Europa.
Ultimo cuarto
Los últimos minutos fueron una constante de pasión y tensión. Savrasenko taponaba y aparecían Vujcic y Parker. 55-50 para el CSKA y triple de Parker y empate de Solomon tras un robo a Papaloukas. Solomon había llegado: 59-58.En aquel momento los nervios traicionaron a los de Gershon, que vieron cómo los Langdon, Smodis, Papaloukas y compañía les birlaban una final por 73-69, soportando los ánimos de la hinchada hebrea, ganando su primera Euroliga desde aquel lejano 1971.
Papaloukas, MVP de nuevo
J.O.
PRAGA De la misma manera que en la final del Eurobasket de Serbia & Montenegro, Theodoros Papaloukas Pato Lukas para la afición baskonista, víctima de su calidad en otro envite fue designado mejor base de la competición y MVP de la final. El base griego logró una valoración de 28, con 18 puntos, siete asistencias y tres rebotes, convirtiéndose determinante en la victoria del CSKA tras 35 años de espera. Con la elección de Papaloukas, el trofeo de mejor jugador de la final vuelve a recaer sobre el base del equipo campeón, como lo ganara Sarunas Jasikevicius la pasada temporada, tras alzarse la victoria con el Maccabi de Tel Aviv. «Maestro» Ettore Messina El de Ettore Messina fue el nombre más vitoreado por los hinchas del CSKA y los jugadores mantearon a su técnico al término de la final; no en vano el italiano ha sido el hombre que los ha llevado a recuperar el cetro europeo después de 35 años. Tras los fracasos de los últimos años, el club moscovita apostó fuerte por Messina, arrebatándoselo al Baskonia cuando el equipo gasteiztarra lo tenía medio atado. El resultado ha sido perfecto. Los números de Messina avalan esta apuesta, no en vano ya había vencido sus ocho anteriores partidos ante el Maccabi; seis con Virtus y dos con la Bennetton. Su balance con Gershon le es favorable por 3-0.
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