- En el Quijote Arena se desvanecieron las escasisimas posibilidades de los navarros -
El potencial manchego volvi� a humillar a un derrotado Portland
·Los navarros apenas le aguantaron ocho minutos al Ciudad Real
CIUDAD REAL 37 PORTLAND SAN
ANTONIO 28
CIUDAD REAL
Lo que no puede ser no puede ser, y adem�s es imposible. El Ciudad Real volvi� a imponerse con claridad a Portland en el segundo envite de la final de la Liga de Campeones. La superioridad de los manchegos demostr� que el encuentro de ida no fue un mal d�a de los navarros, sino que los de Talant Djushebaev a d�a de hoy son un conjunto muy superior.Esta segunda amarga derrota tambi�n tiene su parte positiva, si los responsables del club antoniano saben entenderla como un adverso acontecimiento que suponga un antes y un despu�s en la trayectoria futura de la escuadra navarra y el punto de inflexi�n para armar un conjunto con otras mimbres que oxigenen la, en parte, ya desgastada actual plantilla. Si el objetivo real era, por lo menos, dar una imagen diferente a lo acontecido en Iru�ea, la verdad es que Portland no s�lo no lo consigui� sino que dio una impresi�n todav�a m�s pobre a la de hace una semana. En el Pabell�n Universitario el equipo defendi� con intensidad, pero en el Quijote Arena incluso esa faceta fue un desastre. Ni siquiera la porter�a estuvo bien. A juzgar por c�mo comenz� el choque, el gui�n escrito otra vez por el Ciudad Real fue muy parecido al del partido de ida. La resistencia que opuso el San Antonio le dur� esta vez a los manchegos apenas ocho minutos (4-4). A partir de ah�, se marcharon con mucha comidad y suficiencia. Los a posteriori campeones de Europa fraguaron su diferencia en una nueva defensa 5-1, altern�ndose en el avanzado Kallman y Davis, y aprovechando las p�rdidas de bal�n de los de Zupo Ekisoain para salir muy r�pidos al contragolpe. De esta forma, obtuvieron el primero de sus favorables parciales (5-0) para colocarse con una brecha de 9-4. Adem�s en ataque est�tico, Rolando Ur�os, que acabar�a como m�ximo goleador empatado con Steffanson con siete dianas, se aprovechaba de la ayer d�bil defensa albiazul, que tampoco pod�a tapar los huecos en los extremos. El ut�pico sue�o de conseguir una remontada hist�rica y la segunda Copa de Europa se ven�a abajo al primer cuarto de hora. Sumado al resultado de la ida, la diferencia se elevaba hasta los once goles nada menos en esos instantes.
Sin direcci�n Y la desventaja no s�lo no disminuy�, sino que se vio acrecentada todav�a m�s. Balic, ubicado pr�cticamente en el medio del campo merced a la presi�n a la que le somet�a el avanzado manchego, era incapaz de dirigir a sus compa�eros y la circulaci�n de la pelota se volv�a m�s y m�s espesa, con las consiguientes p�rdidas y pasivos.
Todo eso fue minando la moral de los navarros, que ya se hab�an rendido al potencial del rival antes de irse a los vestuarios. Todo un s�ntoma de que los antonianos no estaban en el partido fue la jugada del 10-5 en el minuto trece.Su protagonista fue Nikolic, quien en lugar de recoger al borde del �rea un bal�n rechazado por Svensson permiti� que el listo de Ur�os se le adelantara de quitarse el sombrero la habilidad que tiene el hispano-cubano para atrapar la pelota, como si tuviera una ventosa en su mano derecha y anotara su tercer gol. El pivote taladraba la zaga albiazul y el portero serbio Sterbik, que volvi� a parar lo que quiso y m�s hasta tres seguidas al impotente Balic, se encargaba de echar el cerrojo a su porter�a cuando la defensa manchega era superada por los navarros. Ellos dos solos se bastaron en los primeros treinta minutos para dar la puntilla a los navarros. Los datos no dan lugar a enga�o: en once minutos entre el 8 y el 19, Portland s�lo anot� un gol, mientras sus rivales consiguieron once, hasta marcharse a un esclarecedor 15-5. Mejor� Portland en la segunda mitad, m�s fruto de que los manchegos bajaron el pist�n tras verse con diez de ventaja en el descanso, a�adido a lo cosechado en Iru�ea, que porque los navarros mostraran un cambio radical en su juego. El intercambio de goles se adue�� del duelo y los albiazules se aprovecharon de que a Hombrados, que entr� en la reanudaci�n, le cost� coger ritmo y de ello se aprovecharon Rocas jug� gran parte de la segunda parte como laterall, Carvajal y Ruesga. La relajaci�n local se hizo patente cuando la afici�n del Quijote Arena comenz� a corear �Campeones, campeones� ya en el 38 y la deportividad que rein� durante el encuentro s�lo se vio empa�ada por un duro y provocador Rutenka, injustificable m�xime con la distancia habida en el electr�nico.
Ekisoain: �La fruta madura se cae por su propio peso�
N.M.
IRU�EA Zupo Ekisoain, que felicit� al Ciudad Real por el t�tulo conseguido, justific� la diferencia de juego y marcador habido en ambos partidos de la final por el hecho de que Portland �ha llegado m�s tocado� a estas alturas de la temporada. El t�cnico antoniano recurri� a un dicho popular para avalar esta circunstancia, asegurando que �la fruta madura se cae por su propio peso�, pero tambi�n valor� el hecho de que su equipo hubiera alcanzado la �ltima eliminatoria del m�ximo torneo europeo. Ekisoain admiti� que la moral de sus pupilos se vio seriamente trastocada a partir del momento en el que las intervenciones de Sterbik comenzaron a desequilibrar la balanza en favor de los manchegos, �y a partir del 10-5 han jugado muy c�modos�. Ahora, el equipo navarro tratar� de olvidar cuanto antes la pesadilla que ha supuesto esta final de la Liga de Campeones y centrarse en la competici�n liguera y la Copa, que se inicia el d�a 10 y en la que se enfrentar�n tambi�n al Ciudad Real. �No hay lugar para lamentaciones, hay que demostrar entereza y tirar para adelante�, indic�. Entradas En otro orden de cosas, algunos de los m�s de un centenar de aficionados navarros que se desplazaron hasta Ciudad Real debieron ver el partido desde uno de los pasillos, a pesar de haber pagado por entradas numeradas. Al parecer, los hinchas manchegos que estaban ubicados en los asientos que correspond�an a los navarros se negaron a levantarse.
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