BILBO
La endeblez defensiva del Athletic era un mal que arrastraba el equipo desde hace varias temporadas y que contrarrestaba con su gran pegada en ataque. Y ahí es donde ha estado uno de los principales factores, por no decir el más importante, que ha influido en que los rojiblancos se hayan visto peleando por evitar el descenso: su incapacidad de crear oportunidades.
Cuando Clemente tomó el relevo en el banquillo a Mendilibar, se empeñó en fortalecer el trabajo defensivo y aunque le costó lo suyo al final lo consiguió. El Athletic se muestra cada vez más solido atrás y a los rivales les cuesta mucho más hacerles goles. Faltaba por recuperar el juego desplegado en los últimos años y aunque aún resta mucho para poder igualarlo prácticamente es imposible debido a las penurias clasificatorias que no dejan a los jugadores jugar con la tranquilidad necesaria, la mejoría es evidente.
En los últimos tres partidos ante Atlético de Madrid, Valencia y Betis, el Athletic casi ha disfrutado de más oportunidades de marcar que juntando todos los encuentros de la segunda vuelta. El Athletic ha sacado muchos de los puntos que posee gracias a una efectividad del cien por cien. El un tiro a portería y tres puntos se ha repetido en más de cinco encuentros.
Era impensable continuar con esos números y ahora la fortuna que les ha sonreído en anteriores ocasiones, les está dando la espalda. Como bien dijo tras el partido ante el Betis Clemente, acertar en los últimos metros es algo que no se puede entrenar y si el cómo llegar o posibilitar las situaciones de ataque.
La efectividad depende en demasiadas ocasiones de la suerte, pero no el crear oportunidades de marcar y en este sentido el Athletic ha encontrado el camino gracias a la aportación de Iraola, Yeste y Urzaiz, que están viviendo un excelente momento de forma.
Los tres están ofreciendo su mejor versión de la temporada y el equipo nota cada vez que los dos primeros consiguen entrar en juego. Iraola está pletórico tras los problemas que tuvo al principio de temporada que se vieron agrandados dada la situación del equipo. Yeste sigue siendo el jugador con más clase y además se le ve cada día más mentalizado a la hora de fajarse en tareas defensivas. Se implica cada vez más en esas labores y eso unido a su exquisito toque de balón le convierten en indispensable.
Discutir la valía de Urzaiz no tiene sentido porque el delantero navarro ha demostrado siempre que ha tenido oportunidad menos de las deseables que todavía tiene muchas cosas que ofrecer. Es verdad que acusa sus 34 años y que ya no es un chaval. No puede correr sin parar durante los noventa minutos, pero su poder de intimidación en la zaga rival y su compromiso ejerciendo de veterano con el equipo hacen que haya que aprovecharle al máximo, dosificándole, pero sacando rendimiento a lo que ofrece.
