La galería Marlborough de Madrid muestra una quincena de esculturas de Jorge Oteiza
·Son piezas realizadas en 2001 y 2002 a partir de maquetas construidas en los años 50.
MADRID
La galería Marlborough de Madrid acoge hasta el próximo 20 de mayo quince esculturas de Jorge Oteiza, realizadas entre los años 2001 y 2002 a partir de maquetas que el artista de Orio llevó a cabo en la década de los cincuenta.
La muestra estaba prevista meses atrás, pero quedó en suspenso debido a la polémica suscitada sobre la autenticidad de las obras mostradas.
Una vez aclarada la procedencia de las obras y confirmada su autenticidad, la prestigiosa galería madrileña Marlborough exhibe una quincena de esculturas en las que Oteiza despliega su personal universo en el que se refleja el profundo arraigo metafísico de sus trabajos y su profunda admiración por el valor sagrado que manaba de la estatuaria de los pueblos primitivos. El propio Oteiza explicaba en su proyecto “Propósito experimental”, que presentó en la Bienal de Sao Paulo en 1957, la filosofía de su obra al afirmar que su escultura abstracta «es arte religioso. No busco en este concepto de la estatua lo que tenemos, sino lo que nos falta. Derivo, así, de lo religioso a la estela funeraria. Lo que estéticamente nace como desocupación del espacio, como libertad, trasciende como sitio fuera de la muerte. Tomo el nombre de lo que acaba de morir. Lo que hemos querido enterrar, aquí crece». Jorge Oteiza está considerado como un patriarca del arte contemporáneo vasco y, según los especialistas, como uno de los cuatro escultores más importantes del mundo de los últimos tiempos, pero su alejamiento de los circuitos comerciales le hicieron un gran desconocido.
En un mundo geométrico, pero con muchas referencias simbólicas, Oteiza vacía la piedra y el espacio que ocupa. Ese vacío, es el que realmente importó al escultor durante toda su carrera artística.
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