Txotxe Andueza
«Piterman SA»
Tal vez debiera hacerle caso al presidente del Deportivo Alavés, Dmitry Piterman, y no meterme en un terreno del que poco o casi nada conozco y mucho menos entiendo, como es el futbolístico. Pero no es la situación del Glorioso lo que inspira estas líneas, sino los rifi rafes que él provoca. Tengo que reconocer que después de un primer cabreo por unas palabras del presidente showman sobre «sus» jugadores, que me resultaron indignantes, por lo general me parece que su actitud en todos los terrenos no deja de ser la imagen descarnada de lo que el fútbol profesional permite hoy en día en el Estado español. Algo que, en mi modesta opinión, tiene muy poco que ver con el deporte y mucho con el negocio y el poder, pero por otros vericuetos. De hecho, como Piterman recuerda al alcalde de Gasteiz, el Deportivo Alavés es una sociedad anónima, no una ONG ni una fundación para-institucional. Piterman hace y dice en público lo mismo que hacen y no dicen muchos otros que participan en esa liga española en la que compite. Lobos con piel de cordero que se aprovechan del hecho de que lo que tienen entre manos es, generalmente, «más que un club»; de que la afición esté siempre dispuesta a perdonar si hay resultados más o menos dignos; y de que las instituciones tengan en cuenta que cuidar a ese club con subvenciones, convenios, instalaciones y demás supondrá, casi con seguridad, asegurarse un puñado de fieles votos. Pero en el caso del presidente del equipo alavés, además de hacerlo sin disimulos lo hace con desprecio manifiesto a valores, derechos y personas. Piterman no se ha metido sólo con Alfonso Alonso, antes lo hizo con jugadores y afición, utilizando una verborrea inasumible por cualquiera que piense que el esclavismo y los señores feudales pertenecen al pasado y no pueden, de ninguna manera, aceptarse en el presente. Podrá comprar un club deportivo y llevar hasta el vestuario y hasta el mismo campo sus derechos de propiedad, pero hasta Piterman está obligado a guardar las formas de cara a una sociedad a la que debe respeto. Y en cuanto a Alfonso Alonso, en mi opinión, ninguna institución debiera cerrar los ojos ante la actuación de una sociedad privada a la que se otorga algún tipo de ayuda pública, pero no creo que sea eso lo que preocupa a quien nunca ha mostrado escrúpulos para acompañar a cualquiera que suponga capaz de ganar, siempre, claro está, que él pueda aparecer en la foto. -
|