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Gara > Idatzia > Mundua 2006-05-03
Ingo NIEBEL
El WASG trata de ordenar sus filas
Oskar Lafontaine logró aislar a los «separatistas» berlineses en el pasado congreso del WASG. Sobre los comités de Berlín y Mecklenburgo-Antepomerania pende la amenaza de exclusión si no retiran sus candidaturas para las próximas elecciones regionales. El Linkspartei frenó al neoliberalismo en el seno del partido, aunque sigue buscando su propia posición en relación a Cuba.

La primera semana de mayo ha empezado con nuevas presiones contra los comités regionales del WASG en Berlín y Mecklenburgo-Antepomerania. Destacados políticos del Linkspartei.PDS exigen a esas dos formaciones que retiren sus candidaturas a las elecciones regionales de los dos estados federales, previstas para el otoño. En el caso de que el WASG concurriera en estos comicios paralelamente al Linkspartei.PDS, la Corte Constitucional podría fallar en contra de los dos partidos. En el peor de los casos acabaría con el común grupo parlamentario en el hemiciclo federal, el Bundestag, y podría exigir la reintegración de la ayuda que el Estado alemán paga a cada partido por su la participación en los comicios generales según el número de votos obtenidos. Esta catástrofe es evitable si los dos comités retiran sus respectivas candidaturas para formar una lista común con el Linkspartei.PDS.

En su congreso que el WASG celebró este fin de semana en Ludwigshafen, los delegados votaron por la fusión y en contra de las tendencias «separatistas» de los mencionados comités regionales. El hombre que empujó este proceso mediante su retórica fue el ex socialdemócrata Oskar Lafontaine. El 60% de los delegados aprobó cada uno de los pasos contra el WASG de Berlín y Mecklenburgo-Antepomerania mientras que el 40%votó en contra. Cuando se confirmó la victoria de los «fusionistas» sobre los «separatistas», tres destacados miembros de la dirección nacional anunciaron su retiro de este gremio «por el estilo político» practicado en Ludwigshafen. Con ello el crisis del WASG entra en nueva fase.

En teoría los dos comités regionales tendrían que dar marcha atrás cumpliendo las decisiones del congreso. Pero la candidata principal del WASG en Berlín, Lucy Redler, miembro de un grupúsculo trotsquista, mostró muy optimista ante las cámaras de TV nacional que no tendría que cambiar de actitud. Eso significa que por un lado tendría que hacer la campaña electoral sin recibir un céntimo de las arcas del partido, por el otro que se enfrentará a una batalla judicial con la ejecutiva nacional.

El daño político es considerable no sólo para el WASG sino también para el propio Linkspartei.PDS.

Este último reunió sus delegados en Halle. Como era de esperar el congreso reeligió al presidente Lothar Bisky. Este se salió con la suya consiguiendo que su candidata preferida, a pesar de haberse demostrada como una enemiga de Lafontaine, ocupara uno de los puestos de sus lugartenientes. Los cuadros que son sospechosos de «socialdemocratizar» el partido han consolidado sus posiciones. Para tranquilizar al bando socialista frenaron el avance neoliberal protagonizado por algunos políticos sajones que querían privatizar viviendas municipales en Dresde.

Como la «conciencia social» del planeado nuevo partido izquierdista actuó Oskar Lafontaine que intervino en el congreso de los socialistas arremetiendo fuertemente contra el neoliberalismo. Algunos observadores opinan que el Linkspartei.PDS había girado hacia la izquierda.

A cambio, el ala derecha de la formación intenta adaptar su presencia exterior a las exigencias del sistema político alemán.

Bodo Ramelow, el responsable para la fusión con el WASG, exigió a su partido que llevara un debate sobre su pasado. Como pretexto le sirvió que su correligionario y presidente de honor, Hans Modrow, dijo que parte de la responsabilidad por aquellos que murieron en el Muro era también de Occidente. Ramelow le respondió: «La frontera y sus instalaciones fueron construidas por la RDA y la Unión Soviética». Añadió que su partido tendría que emitir la señal hacia el WASG «que tomamos en serio la ruptura con el estalinismo y postestalinismo».

Dado que el Linkspartei.PDS es el sucesor del Partido Socialista Unificado de Alemania (PSUA) las declaraciones de Ramelow van a suscitar un nuevo debate entre la base que se compone de muchos antiguos cuadros del PSUA, los cuales consideran la construcción del Muro como una forma de legítima autodefensa contra las ataques de Occidente.

Otro tema espinoso, Cuba, fue aplazado para otra ocasión. Gregor Gysi, jefe del grupo parlamentario en el Bundestag, intentó mediar denunciando por un lado las agresiones contra la isla y por el otro invitando a una «solidaridad crítica» con el Gobierno cubano.

El Linkspartei.PDS sigue buscando su norte y su posición en el paisaje político de Alemania mientras que el WASG se enfrenta a la complicada tarea de tener que poner orden en su casa sin echar a demasiados de sus militantes de la misma. -


 
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