La mitad de los pacientes asmáticos no cumple con el tratamiento médico
Estamos ante una enfermedad variable y crónica. ¿Por qué medicarme a diario si me siento bien? Es la pregunta que se hacen muchos pacientes asmáticos que dejan de cumplir con el tratamiento asignado. Casi la mitad de ellos dejan de hacerlo. El Día Mundial del Asma, celebrado ayer, sirvió para llamar la atención sobre este problema, ya que los expertos insisten en que el asmático puede llegar a hacer una vida de lo más normal.
BILBO
Itsaso Rodríguez tiene 22 años. Hace cuatro, al entrar en un bar que se encontraba en obras sintió que le faltaba el aire. Era la primera vez que padecía esa sensación tan claustrofóbica de ahogo. Una vez en casa, aquel sofoco se le pasó. Pero al día siguiente la angustia se repitió. Acudió a urgencias hospitalarias y fue cuando le diagnosticaron que era asmática. Hoy, lleva una vida «casi normal» lo que más lamenta es no poder practicar como antes la carrera de fondo, junto a su inseparable inhalador, sabedora de que no puede hacer todo lo que quisiera pero conocedora de que, a diferencia de lo que pensó al principio, no es la única ni son pocos los que cargan con esta enfermedad crónica.
Ayer, esta joven de Alonsotegi acudió a consulta al Hospital de Cruces y no tuvo reparo en responder a las preguntas de los periodistas que asistieron a la presentación del Día Mundial del Asma, celebrado el martes, y en la que dos especialistas, tanto de Cruces como de Basurto, llamaron la atención sobre lo grave que resulta que uno de cada dos pacientes asmáticos no acate el tratamiento médico como debiera, máxime cuando estamos ante una patología crónica.
Entre la población vasca, en torno a un 4,2% de la adulta es asmática, mientras que en el caso infantil, el porcentaje se eleva al 10%, cifra esta última que va al alza en los últimos tiempos, motivado en gran parte por los contaminantes ambientales. ‘‘Los obstáculos para controlar el asma’’ es el lema elegido este año para recordar que sólo entre un 30 y un 50% de los asmáticos cumple con el tratamiento que a largo plazo se le administra, lo que a juicio del doctor Juan Bautista Galdiz, del Servicio de Neumología de Cruces, «es terrible».
Las causas de que esto ocurra, justo cuando existe en el mercado una amplia gama de medicamentos potentes y efectivos para su control, son varias, pero una es la más destacada por estos expertos: la infravaloración del paciente de su propia enfermedad. «El problema es que se acostumbre a tener un asma», resumió este profesional médico.
A juicio de este experto, el inhalador supone para muchos asmáticos un remedio del que echar mano en caso de necesidad imprevista, pero no estamos ante un medicamento, sino ante una especie de «parche» pasajero. Sin embargo, el hecho de que el paciente tenga la sensación de estar bien, hace que se relaje en la toma de medicación o, incluso, ceda ante nocivos hábitos como el del consumo de tabaco.
Tener el asma controlado significa no tener los síntomas propios de la enfermedad, no despertarse por la noche por causa de ella, no tener necesidad de un inhalador para aliviar la respiración, hacer una vida normal en cuanto a ejercicio físico y presentar mediciones más o menos normales en las pruebas respiratorias. Pues bien, un alto porcentaje de pacientes no cumple estos objetivos ni por separado ni en su conjunto. Itsaso Rodríguez reconoce que el hecho de sentirse bien hace que a veces se olvide de las pastillas del tratamiento. Su último ataque grave fue hace dos meses; y por las noches es cuando peor lo pasa.
Coincidiendo con este Día Mundial del Asma, ha sido presentado un test para que el paciente pueda saber si tiene controlada su patología o no. Un cuestionario al que se puede acceder de forma gratuita en www.asthmascontroltest.com y responder a cinco sencillas preguntas que puntúan y evalúan ese control.
El objetivo de los médicos y los tratamientos debe ser, según Juan Bautista Galdiz, que «el paciente no se acostumbre a la enfermedad y se resigne a que va a haber cosas que no podrá hacer», un ejemplo de ello, la práctica deportiva. Es uno de tantos mitos que circulan en torno al asma, aseguran los profesionales sanitarios.
Las encuestas revelan una enfermedad no controlada
BILBO El ideal es que el asmático haga una vida normal, o casi, de la mano del tratamiento médico que es a largo plazo, casi de por vida, y es su principal pega. Pero un reciente estudio entre estos pacientes revela todo lo contrario. El 46% de los consultados tenía síntomas de la enfermedad a diario, cuando no debería de soportalos. Otro 61% de esos enfermos respondió padecer episodios graves, e incluso un 30% tuvo que acudir a urgencias en el último año. Lo ideal también es que el paciente no «tenga que estar pegado» a la llamada medicación de rescate, pero un 63% la necesita. Un asmático puede hacer actividades normales, e incluso se pone siempre el ejemplo de muchos deportistas de elite que son asmáticos, y, sin embargo, el 63% de los consultados dijo tener limitaciones en su vida diaria. Es más, casi la mitad de los niños faltaba en ocasiones a clase por esta enfermedad. Los expertos admiten que sigue habiendo miedos y mitos en torno a esta enfermedad, como los efectos secundarios de los fármacos o como la excusa de que mi hijo es asmático y por tanto no puede hacer gimnasia en el centro escolar ni deporte alguno. Para el doctor Juan Bautista Galdiz, «todo va a depender de cómo el paciente conozca su enfermedad». Según él, el mensaje debe ser optimista en cuanto a que se trata de una patología que suele evolucionar bien en cuanto a ser controlada. Sin embargo, hay datos que se antojan preocupantes: un alto número de asmáticos siguen siendo fumadores.
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