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Gara > Idatzia > Iritzia > Kolaborazioak 2006-05-14
J. Miguel Agirre, Jon Nicolás, Gorka Azparren, Txema Landa (*)
Urgente: la pazImportante: la independencia

Los acontecimientos en este país acostumbran a ir por delante y «pulverizar» los proyectos políticos. Así sucedió con el impacto que tuvo en las formulaciones y planteamientos el anuncio del «Plan Ibarretxe» y así nos puede suceder en con el anuncio de alto el fuego permanente del pasado mes de marzo.

El nuevo escenario político originado por este anuncio, a pesar de ser largamente esperado, ha provocado el desconcierto en la mayoría de los agentes políticos, con declaraciones y actuaciones contradictorias. Los agentes políticos están mas interesados en fomentar su presencia mediática que en consolidar una estrategia de futuro que permita el libre ejercicio de nuestra soberanía como nación.

En estos momentos puntuales los agentes políticos de nuestro país y de los estados español y francés dirigen y focalizan la atención de la sociedad civil hacia un proceso de paz que se prevé largo y en el que todos los partidos pretenden asumir el máximo protagonismo para rentabilizar electoralmente el resultado positivo del pro- ceso de paz.

A nuestro parecer juegan con una visión de país cortoplacista, tomando frecuentemente como referencia los movimientos ajenos, para situarse en una posición que garantice su presencia en las deseadas mesas de negociación/diálogo que, en al- gún momento, esperamos que se creen.

Desde luego que nos situamos entre quienes van a hacer todo lo posible para que el proceso de paz llegue a buen puerto. Pero esto no quiere decir que las legítimas aspiraciones a constituirnos como estado independiente deban quedar relegadas, hasta el punto de que introducir en el debate generado cualquier alusión al reconocimiento de la soberanía de la Nación Vasca o al ejercicio del Derecho de Autodeterminación se pueda considerar inoportuna.

Nos proponemos iniciar un proceso de acción y reflexión que nos lleve a reformular con visión de futuro los principios del independentismo vasco y a fijar nuestras actuaciones en el nuevo escenario político.

Para ello proponemos estas reflexiones:

En el ámbito geográfico de la Europa occidental en que se encuentra Euskal Herria, la democracia, bajo las formas de monarquía o república, es el modelo político de gestión de los estados con carácter exclusivo y excluyente. En el Estado español, consolidado el reciclaje de la dictadura franquista en un sistema de gobierno adaptado a la democracia (con la colaboración de un sector importante del nacionalismo vasco), la lucha ar- mada perdió toda posibilidad de ser el instrumento para obtener la independencia como nación; su desaparición era una cuestión de tiempo y su alargamiento en buena parte ha sido provocado por la rentabilidad política y electoral que obtienen los principales partidos españoles.

La lucha armada, que no habría persistido tanto sin el respaldo de una parte del pueblo vasco, ha originado la existencia de un enfrentamiento entre las diversas tendencias del nacionalismo y la falta de un proyecto común del movimiento abertzale para el ejercicio del derecho de autodeterminación.

El cese de la lucha armada y la consecución de un escenario de paz permanente son los antecedentes necesarios y mayoritariamente asumidos por la población vasca para el ejercicio del Derecho de Autodeterminación, en un proceso que permita obtener un cambio del marco jurídico-político actual y el reconocimiento internacional de Euskal Herria como estado independiente.

Por ello lo urgente es la paz y por ello los hombres y las mujeres de Euskaria participaremos y colaboraremos en todos los foros e iniciativas que se formulen, pero aportando un «plus», que no es otro que la reivindicación soberanista. La paz es también justicia y respeto a los derechos humanos individuales y colectivos, y en Euskal Herria el respeto a los derechos humanos colectivos incluye el reconocimiento del Derecho de Autodeterminación.

Aun a riesgo de ser tachados de inoportunos, queremos dejar constancia de que la consecución de la paz es una etapa para continuar trabajando por la independencia.

En unos momentos donde la mayoría de los agentes políticos vascos aparcan la reivindicación de la nación vasca, queremos llevar el mensaje de que ante todo somos una nación con una permanente manifestación de voluntad política de autogobierno como requisito necesario e imprescindible para defender nuestra existencia como pueblo diferenciado y de que el ejercicio de la autodeterminación, en una sociedad democrática, es el camino para la independencia.

Sin paz no hay camino democrático hacia la independencia como nación, pero si la paz no conlleva el reconocimiento del Derecho de Autodeterminación y las condiciones para ejercitarlo, ni habrá justicia ni democracia para el Pueblo Vasco y tarde o temprano la paz se quebrará.

En conclusión, que lo urgente es la paz, pero lo importante es la independencia. -

(*) Miembros de la Fundación Euskaria


 
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