ALAVES 1
DEPORTIVO LA CORUÑA
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GASTEIZ
Como si hubiera seguido el guión más cruel del mejor genio del suspense muchos nos acordamos del final de ACB del Baskonia del año pasado el insostenible y autodestructivo planteamiento de Dmitry Piterman se despidió de la Primera División de la manera más dolorosa. Tras sufrir durante casi ochenta minutos, Mendizorrotza celebró la permanencia durante diez minutos, pero tras un gran partido que demostró que había mimbres para más, el gol del Espanyol fue el golpe más duro de una temporada que los ha tenido durísimos.Siendo duro el descenso y la cruel manera en la que se produjo, la demostración de que con otra gestión más «normal» el resultado hubiera podido haber sido otro es quizá la lectura que más duele a todos los aficionados albiazules.
A ninguno de los dos equipos le valía el empate lo que, sin un juego espectacular por ninguna parte y sin que nadie se hiciera con el control del centro del campo, las ocasiones se multiplicaron en ambas áreas. Comenzó Bodipo en el minuto 8 en un contragolpe en claro fuera de juego pero su disparo salió desviado por la derecha.
El Deportivo demostró que se encuentra mucho más cómodo lejos de casa y respondió inmediatamente por mediación de Arizmendi que, a bocajarro, mandó fuera el balón. Tristán le tomó el relevo diez minutos después pero el andaluz sigue con la pólvora mojada y mandó el balón fuera.
A partir de la media hora, espoleados por la falta de noticias de Montjuic, la intensidad albiazul comenzó a darle opciones ante la imprecisa zaga visitante y fueron los albiazules los que gozaron de opciones para haberse adelantado.
En torno a la media hora, Edu Alonso, uno de los más entonados, sacó un gran centro desde la derecha y Bodipo estrelló el balón en un poste y el balón se paseó por encima de la línea, por si le faltaba algo de suspense a la noche. El sevillano, que realizó un derroche físico, volvió a tener otro disparo desviado y poco después le dio la opción a Mena, cuyo remate fue demasiado centrado.
El caudal ofensivo decreció en la reanudación a pesar de que Arizmendi se colara solo en el área nada más comenzar.
Las piernas comenzaron a flaquear y tocó apelar al corazón. Edu Alonso en un centro que Coloccini casi metió en su puerta, Gaspar en un corner y Jandro que se encontró con un gran Molina, parecían haber quemado las últimas naves mientras la grada se desesperaba al ver que Piterman retiraba a Rubén Navarro.
Sin embargo, cuando ya no quedaban ya casi uñas por morder, un hasta entonces desaparecido Nené sacó un buen remate que fue rechazado por Molina y Bodipo, a bocajarro, recuperó el gol que tanto le había faltado últimamente y llevó el éxtasis a la grada de Mendizorrotza.
Al Deportivo no le valía el empate y la atención de Mendizorrrotza se desplazó a Barcelona, desde donde, tras varios minutos de alegría y alboroto, llegó el mazazo en el momento más duró. El gol del otro Coromina enmudeció al estadio hasta que una afición de Primera coreara el ya tristemente conocido y ayer refrendado «Dmitry kanpora».
La Ertzantza cargó a la salida de
Piterman
Tan cruel fue la forma de despedirse de Primera, que la respuesta de la afición en el campo fue bastante civilizada, aunque hubo el inevitable asalto al césped. Sin embargo, tras aplaudir a los jugadores, los seguidores más enojados se concentraron a la salida del campo, donde la Ertzantza tuvo que acudir para asegurar la salida del empresario ucraniano del estadio de Mendizorrotza por la puerta habitual. -
