Raimundo FITERO
Bloqueo
Las circunstancias son instigadoras de decisiones o dudas que pueden llevar al bloqueo. Si resuelves acudir al monte, lloverá. Si te quedas para arreglar los tiestos, hará un calor de justicia. En todos los casos unas voces te llamarán desde el salón, la cocina, el cuarto de estar o el dormitorio. No te dejes encendida la tele. Ni por equivocación. De hacerlo, las palabras imperecederas se apoderarán del aire y puedes acabar consumiendo sicotrópicos. Es peor una tele ininterrumpida, que el goteo de un grifo en el lavabo. La gota malaya, o la tabarra española. Tú eliges. Normalmente me bloqueo ante la disyuntiva impropia de una fiesta rural.La siesta con resorte es la mejor. Cuando se te cae el mando a distancia es cuando te tienes que levantar. Pero si quieres dormir más, y mejor, baja el volumen. O quítalo, la contaminación acústica es nociva para la salud democrática. “Aquí hay tomate” está en estado de putrefacción. Es una simple sensación. No se puede sacar el cadáver de la radiofonista y pasearlo por las tardes nocivas sin que se produzca un efecto refractario. Encarna Sánchez no es nada más que una anécdota, no una categoría de envenenamiento. Tuvo una capacidad para enredar y enredó, administró mierda, acaparó dinero. Una líder de audiencias, un personaje de su tiempo. ¿A qué viene tanta venganza? Empiezo a sentir una ofuscación que me lleva a la piedad diferida. Me anestesia tanta saña. Los muertos no vienen a cenar esta noche. Está bloqueada la avenida de la nostalgia. Obsesiones y banalidades. ¿Cómo le pueden meter tanto énfasis a la tortura de un astado y olvidarse del dolor humano? Otro bloqueo mental. Otra miseria ideológica. Vemos al abogado prófugo saludando a un miembro de la Benemérita con aparente complicidad. ¿Por qué no se meten con este golfo que tiene una de las biografías más obvias de la transición? ¿Y con el otro, el de las tierras místicas y míticas? Los programas del corazón son la metadona del pueblo. El opio sigue siendo la religión. Tanto la de las gasullas como la de los goles. Tanto la de los escaños, como la de los mástiles. Bloqueo neuronal. Se van acabando las pilas. -
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