MOVILIZACION SOCIAL POR LOS PRESOS
Un colorido puzzle reflejó en Gasteiz los ataques a los presos
GASTEIZ
Un concurrido y colorido puzzle exigió ayer en la capital alavesa el respeto de los derechos de las personas presas, tanto por motivos políticos como sociales. Las calles de la capital alavesa vieron cómo cuatro largas hileras de personas rojas, verdes, amarillas y azules marchaban conjuntamente a convocatoria de la plataforma Gasteizera y con un solo objetivo: reivindicar lo que les corresponde a los prisioneros.Todos partieron a la misma hora, pero cada hilera, cada color, de un punto diferente de la ciudad. Así, la columna azul, que reclamaba la excarcelación de los enfermos graves o incurables, inició la marcha desde Zaramaga; la hilera roja, que exigía el derecho de los presos a estudiar en el centro y en la lengua que ellos elijan, salió desde el Palacio Europa. Desde el Centro Cívico Hegoalde partieron los integrantes de la columna amarilla, precedidos por varios joaldunak, en exigencia del fin de la política de dispersión, mientras que para reclamar que los presos que han cumplido las tres cuartas partes de la condena impuesta salgan de prisión salió desde el Centro Cívico de Judimendi una hilera verde. Se trata de cuatro derechos que, como recordaron los representantes de la plataforma Gasteizera, vulnera claramente la política penitenciaria del Estado español. Las cuatro columnas confluyeron en la Plaza de la Virgen Blanca, donde aguardaban también otras muchas personas, y desde allí partieron conjuntamente las cuatro columnas reuniendo a cientos de personas, que recorrieron las calles del centro de Gasteiz hasta finalizar en la Plaza de los Fueros.
«No pierden sus derechos»
Allí, en las escalinatas que dan forma a la plaza, los manifestantes se fueron sentando en el sentido que marcaban sus respectivos colores, hasta formar un puzzle que incluía las cuatro reivindicaciones, detrás de una pancarta que enunciaba el lema de la movilización. Allí, dos representantes de Gasteizera, que agrupa a numerosos agentes políticos, sociales y sindicales de la capital alavesa, recordaron que «el hecho de tener y encarcelar a una persona, no significa que esta persona pierda sus derechos», y defendieron que «hay que res- petarlos porque les corresponden como persona». En este mismo contexto, también se hicieron eco de lo sucedido en la prisión de Langraitz, en la que varias mujeres han denunciado abusos sexuales por parte de los carceleros, y donde otros presos han aparecido muertos en sus celdas.
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