MADRID
601 votos a favor, 42 en contra y 9 abstenciones. Con este resultado, Francisco José Alcaraz fue reelegido presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). Hasta aquí las cifras. Pero la asamblea celebrada ayer en Madrid dio mucho más de sí. Dos eran las personas que aspiraban al cargo. Una de ellas, el propio Alcaraz. La otra Pablo Broseta, que anunció su candidatura el pasado jueves, 48 horas antes de la votación. El programa del hijo de Manuel Broseta muerto en atentado de ETA en 1992 tenía como pilares las «despolitización» de la AVT y la «unión de todas las asociaciones de víctimas».
Alcaraz y su entorno ubicados en la órbita del PP no encajaron de buen grado la posibilidad de un cambio de rumbo, y arremetieron contra Broseta por unas declaraciones en las que éste se mostraba dispuesto a no oponerse a la excarcelación de presos si ello contribuía a alcanzar la paz. Desde algunos foros se ha señalado a Broseta como el ‘candidato’ del Gobierno Zapatero.
Con estos precedentes se llegaba a una asamblea en la que cerca de 3.000 socios tienen derecho a voto y en la que aquellas personas que no pueden asistir tienen la posibilidad de delegar su papeleta.
La elección del nuevo presidente era el quinto y último punto del orden del día. Y fue en ese momento en el que Pablo Broseta anunció que retiraba su candidatura, abandonando el lugar junto con «otros doscientos asociados, entre presentes y representados».
Posteriormente, a través de una nota, Broseta argumentaba su decisión denunciando que «con una falta de ética democrática, el presidente José Alcaraz ha mantenido la presidencia durante el proceso electoral, convirtiéndose en juez y parte de un proceso irregular». En este sentido, subrayó que el presidente no permitió «en ningún momento» intervenir a los presentes. «Ni siquiera en cada uno de los puntos tratados ha permitido que se plantearan preguntas ni debates aclaratorios», apostilló.
Tras añadir que durante la asamblea no se le permitió presentar su proyecto ni «defenderse de los ataques injustificados», adelantó la posibilidad de impugnar la votación.
Alcaraz: «Estricta legalidad»
Obviamente, este punto de vista no fue compartido por Alcaraz. En la rueda de prensa que ofreció tras ser reelegido, defendió que la asamblea se celebró en «estricta legalidad» y que era «normal» la retirada de Broseta tras comprobar los «resultados arrolladores de aprobación de gestión» de la Junta Directiva durante los dos últimos años. Además, aseguró que «difícilmente» habrá habido en la historia de la AVT una asamblea «tan democrática y tan bien organizada».Respecto a su labor durante los próximos dos años, declaró que su apuesta pasa por la «continuidad» y adelantó que habrá nuevas movilizaciones como la del pasado 5 de febrero porque «toda la sociedad española es víctima del terrorismo y tiene el derecho de poder pronunciarse en contra de una rendición ante ETA».