SALTARA

Lamentablemente, Rik Verbrugghe fue el único que pudo sacarle partido, mientras compañeros de fuga eran superados a pocos metros de la línea de meta. «Ha sido una pena, porque nos hemos dado una gran paliza para nada, excepto Verbrugghe ­reconocía el irundarra­. Pero si no te la juegas, no ganas nunca nada. Hemos sembrado y no se ha recogido, porque al final incluso hemos perdido tiempo, pero para ganar hay que intentarlo», insistió.

El corredor de Quick Step explicó que la etapa se le había hecho «durísima, increíble» y la forma en que se desarrolló «un tanto extraña». «Primero hemos ido parados, pero en una baja se ha revolucionado todo el mundo. Se ha ido gente, yo también me he ido adelante, he ido entrando en grupos y cuando han neutralizado a Bettini me me metido adelante. Pero no nos dejaban mucha ventaja y ha sido una pena, porque al final nos han echado mano a falta de nada», lamentó.

Pensando ya en lo que será la primera llegada en alto de la carrera, Garate confía en «no acusar el palizón de hoy. Intentaré estar con los mejores o, por lo menos, perder lo menos posible. Va a ser difícil, porque la gente se va a soltar la melena», auguró.

Trabajo de equipo

El navarro explicó que su equipo había intentado ayer «hacer la carrera dura para desgastar al CSC». Una labor de equipo, en su caso a las órdenes de Damiano Cunego, que también le supuso dejar de colaborar con Juanma Garate en la escapada. «Me dolía en el fondo del corazón no poder tirar ­confesó­, porque es mi mejor amigo, pero tenía que trabajar para mi equipo».