Maite Soroa
Elogio del franquismo renovable
Se pueden imaginar que la prensa de ayer estaba trufada de referencias a la entrevista que ETA concedió a GARA. La envidia, el apriorismo y la necesidad de jugar a la defensiva hicieron que nadie analizara el contenido con la frialdad y el sosiego precisos. Entre todo lo escrito, hoy me quedo con un artículo de Carmen Alvarez Arenas, senadora del PP, en el ultramontano “La Razón”, que no ocultaba su desazón y desconcierto, hasta el punto de falsear una realidad palmaria: «Hace casi treinta años, los españoles decidimos reformar las leyes franquistas en vez de caer de bruces en el vacío de la ruptura». Y no dice que, en realidad, los franquistas decidieron adaptar su legalidad a los nuevos tiempos tras la muerte del amado caudillo.Y por seguir negando lo evidente, asegura que «el debate fue con luz y taquígrafos. Con la complicidad de la sociedad española, de todas sus organizaciones e instituciones. Quizás por ello siempre he sostenido que fue más trascendente para nuestra reciente historia el referéndum sobre la reforma política que el tan recordado y, por supuesto, bien conmemorado refrendo de la Constitución del 6 de diciembre de 1978». Lo que le pone de los nervios a la senadora es que «Rodríguez Zapatero, un rojo según definición propia, se cree en la obligación de hacer una segunda transición, que no sería de reforma, sino de ruptura». ¡Ya podía ser verdad! Pero la angustia ha hecho nido en la derechona y por eso advierte «todavía estamos a tiempo de reaccionar para evitar males mayores. La sociedad española que supo dar lo mejor de sí misma en la Transición tiene que volver a ser protagonista de la historia. En el Partido Popular estamos en ello pero no queremos renunciar al concurso responsable de miembros del PSOE y de organizaciones sociales, económicas, profesionales, etc. del conjunto de España». O sea, otro glorioso movimiento nacional. ¡Anda ya! Y termina: «España ha padecido tres guerras carlistas,
una revolución, diversos golpes de Estado, tres destronamientos, una
restauración y una instauración, la pérdida de las últimas colonias, una larga
guerra en Marruecos, dos repúblicas, una guerra civil cruel, dos dictaduras, el
exilio, la llegada de la democracia, amén de dos guerras mundiales, el
aggiornamiento de la iglesia, la caída del telón de acero, la globalización...
pues bien, los nacionalistas siguen, erre que erre, con sus mismas peticiones,
sin modificar ni una sola coma». Pues claro. ¿Qué coma han movido sus amigos
franquistones? - msoroa@gara.net
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