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Gara > Idatzia > Kirolak > FUTBOL 2006-05-16
«Para lograr de nuevo aquellos triunfos...»
«Animo pues, valiente Deportivo, ánimo pues con entusiasmo has de luchar, para lograr de nuevo aquellos triunfos, que dieron gloria al equipo y la ciudad». El espíritu del himno de Alfredo Donnay viene que ni pintado para un Deportivo Alavés que conmemora hoy el quinto aniversario del día en el que tocó su techo asumiendo el duro descenso a Segunda.

Dortmund 16-05-2001 es una fecha que quedará grabada con letras de oro en la memoria de todos los aficionados albiazules, no en vano, el equipo humilde que apenas diez años antes luchaba por subir a Segunda tocó su techo deportivo con una memorable final de la UEFA que tocó la fibra de todos los seguidores al fútbol, independientemente de cuáles fueran sus colores. Cierto es que en el palmarés quedará que fue el Liverpool el equipo que se hizo con el título, pero los cinco años que han pasado desde que Geli introdujera involuntariamente aquel balón en la portería de Herrera en el enésimo berrinche de una historia de casi ochenta años de alegrías pero también de decepciones han servido para que, además de asimilar otro disgusto, la gesta que protagonizó aquel grupo de «currelas del fútbol» haya conseguido la dimensión merecida.

«Eskerrik asko Alaves amets honengatik» rezaba una pancarta colocada en la grada que poblaron los aficionados en el magestuoso Westafalenstadion y lo cierto es que, a pesar de que al final el príncipe no vino a buscarle, aquel Deportivo Alavés protagonizó lo que se podría llamar la versión moderna del cuento de la Cenicienta.

Y es que, tras otro duro golpe de ver cómo se escapaba la opción de jugar la Champions ante un Athletic que aquel día ejerció de hermanastra, al Alavés se le presentó la oportunidad de, vestido con aquel traje rosa, acudir al baile continental y, a pesar de que el final difiere del soñado en este tipo de fábulas, después de tantos años de peregrinaje por las categorías menos brillantes del fútbol, la sufrida hinchada albiazul, disfrutó, y de qué manera, de aquella oportunidad.

Yes que, salvo su cruel desenlace, la final tuvo todos ingredientes para el disfrute. El rival fue uno de los históricos europeos con más adeptos en Euskal Herria, un majestuoso Westfalenstadion, unas horas previas a la final en la que las dos aficiones tomaron las calles de la habitualmente silenciosa ciudad alemana en un gran ambiente de hermanamiento y confraternización y, por si todo esto fuera poco, los dos equipos ofrecieron un gran espectáculo sobre el césped, en la final con más goles en la historia.

La copa viajó finalmente a unas vitrinas del mítico Anfield mucho más repletas de trofeos, pero la épica, el drama, las lágrimas de Antonio Karmona a la conclusión del partido, la ovación con la que fue despedido Mané de la sala de prensa, las felicitaciones de los aficionados ingleses y el posterior recibimiento que Gasteiz ofreció a sus «campeones» hicieron que el sobrenombre de Glorioso estuviera más justificado que nunca.

Lanzados

La final fue espectacular, pero el camino hasta Dortmund no lo fue menos y el equipo vestido de rosa dibujó una magnífica trayectoria, elevando su nivel en cada eliminatoria. Curiosamente, fue el desconocido Gaziantepspor kurdo el que más difíciles puso las cosas a los de Mané. El Glorioso debutó un 14 de setiembre en Europa y el equipo gasteiztarra se topó con la horma de su zapato y el empate a cero dejó todo para la vuelta en Enteb, donde los vascos comenzaron a dar muestras de su capacidad como visitantes, con un 3-4 que les dio el pase a la segunda ronda, donde el Llillestrom no fue rival y jugando con varios suplentes, la eliminatoria quedó sentenciada en Noruega (1-3) y golazo desde el centro del campo de Contra.

Fue ante otro equipo Noruego, el Rosenborg, ante el que el Alavés comenzó a presentar su candidatura a algo grande. El equipo nórdico era un habitual de la Champions, dando muchos problemas a los mejores equipos del continente en su campo de Lerkendal. Tras perdonar innumerables ocasiones en Mendizorrotza, los albiazules volvieron a tener que jugársela fuera de casa tras el 1-1 de Mendizorrotza y ni el gélido estado del campo en el que habían caído grandes como el Real Madrid, París Saint Germain o Oporto pudo con aquel gran bloque que logró el pase a cuartos con un 1-3.

El plato fuerte en este camino a Dortmund llegó en la cuarta eliminatoria, en la que el destino emparejó al equipo que ya comenzaba a conocerse como el Pink Team con todo un trasantlántico europeo como el Inter de Milán. Dos contragolpes de Recoba pusieron contra las cuerdas al Alavés en un Mendizorrotza que no se llenó en semejante ocasión, pero la casta albiazul le sirvió para empatar a dos y confiar de nuevo en su enorme potencial a domicilio.

En esta tesitura, el Alavés eligió un escenario inmejorable como San Siro para doctorarse y dar una lección de juego colectivo y esfuerzo para vencer 0-2 con goles de Jordi y Tomic y poner a Gasteiz en el mapa futbolístico.

No tuvo tanto lustre el pase a semifinales, ya que el rival fue un viejo conocido como el Rayo Vallecano al que dejó fuera de combate al primer asalto, con un contundente 3-0. La vuelta en Vallecas parecía intrascendente, mucho más cuando Jordi adelantó a los albiazules en el minuto 19. Sin embargo, el Rayo reaccionó, dio la vuelta al marcador e infligió la única derrota en la trayectoria albiazul.

El penúltimo escollo fue un Kaiserslautern que acaba de acompañar a los albiazules al infierno de la Segunda en el campeonato alemán. El 9-2 del global de la eliminatoria, inédito hasta la fecha, dio muestras de la superioridad de un equipo que ganó 1-4 en Alemania, con el bonito detalle del gol que premió la labor oscura de un jugador como el vizcaino Raúl Gañán.

Yes que, a la hora de hablar de las claves de aquel equipo que maravilló a Europa, todos los expertos coinciden en alabar el magnífico ambiente de aquel vestuario de la tortilla de los viernes. Aquella unión que se formó en un vestuario de jugadores que habían sufrido en primera persona todas las miserias del fútbol hizo que cada uno diera el mejor rendimiento de su vida deportiva. Sin aquella química, jugadores que fueron objetos de deseo de los mejores equipos, (Contra y Javi Moreno fueron al Milán, Tomic volvió a la Roma y Téllez llegó a ser internacional) nunca volvieron a rayar a la altura de aquel año Glorioso.-

GASTEIZ


 
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