Iñaki IRIONDO
Lo dicho y lo entendido
·Reacciones a la entrevista con ETA: ANALISIS
Ocho páginas de entrevista dan para mucho.Diríase que a algunos incluso les hamolestado tener que leer tanto. Es más, parece que algunas reacciones se hanredactado sin ni siquiera molestarse ensaber lo dicho por ETA.
Sobre las 9.45 de la mañana de ayer un coche blanco se detuvo en doble fila ante el número 19 de la calle Olagibel de Gasteiz y de él bajó un mando de la Guardia Civil de uniforme que comenzó a caminar en dirección a la Subdelegación del Gobierno español en Araba. Fueron más de cien metros que el oficial de cuidada barba cana, tocado con su brillante tricornio y sujetando unos guantes blancos en la mano, recorrió solo y con paso tranquilo. Muchos de quienes se cruzaron con él volvieron la cabeza para confirmar lo inusual del espectáculo. El andar despreocupado de ese mando de la Guardia Civil por el centro de Gasteiz ofrecía más información sobre la autenticidad del alto el fuego de ETA que todos los informes de verificación del Ministerio de Interior.Sin embargo, tras la entrevista que este diario publicó
el domingo, hay gentes, como el portavoz del Gobierno de Nafa- rroa, Alberto
Catalán, o Jaime Mayor Oreja o Javier Arenas, que dicen que no hay tal alto el
fuego y se empeñan en negar lo evidente: que, como aseguraban sus portavoces en
GARA, la declaración del 22 de marzo «expresa la solidez de la decisión de ETA,
el alcance del compromiso de ETA y nuestra voluntad de llevarlo a buen término».
Reversible
Uno de los aspectos abordados en la entrevista que más comentarios ha suscitado es el relativo a la irreversibilidad o reversibilidad del alto el fuego. “El Mundo”, por ejemplo, basaba en ello su titular interior, aunque para el de primera página retorcía lo dicho por ETA para lograr un mayor y malintencionado alarde pirotécnico: «ETA avisa que sin autodeterminación habrá atentados y el Gobierno calla». El diario de Pedro J. volvía a hacer suya la máxima de que «la realidad no te estropee un buen titular».Sobre el alcance último del alto el fuego se ha especulado mucho desde el 22 de marzo. Aunque ETA afirma textualmente que el futuro «irá en función del desarrollo del proceso», el coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, aseguraba el domingo en una entrevista radiofónica que, el alto el fuego «es irreversible, porque la sociedad vasca no permitiría una vuelta a las armas». Se antoja que esto es mucho decir y supone un ejercicio de voluntarismo acientífico y reñido con la historia. El debate sobre la reversibilidad del alto el fuego es
tan insustancial como aquel inicial sobre la distinción entre indefinido y
permanente. Aunque las palabras sean importantes y puedan tener incluso su
propio papel en un momento determinado, lo cierto es que cualquiera sabe que,
aquí y en Auckland, un alto el fuego es una medida provisional que, en función
del desarrollo de los acontecimientos y del cumplimiento de los acuerdos
pactados, puede devenir en el fin definitivo de las hostilidades o, de lo
contrario, en la vuelta a las mismas. Pero eso no es una cuestión de chantajes o
de amena- zas, es la aplicación del sentido común.
Recado a Madrid y París
Mucho se ha comentado sobre la extensión de la entrevista más larga fue la de “El Mundo” a Zapatero del 16 y 17 de abril, para concluir, como tantas veces que ETA toma la palabra, que no dice nada nuevo. «La entrevista no aporta absolutamente nada a lo ya conocido», se podía leer en el editorial de “Deia”. Habrá que ver si dentro de un tiempo, cuando se repitan palabra por palabra algunas de las cosas ahora dichas, no hay quien se sorprende, las toma por nuevas y te- nemos titulares para días, como ya ha sucedido en las últimas semanas con declaraciones de la izquierda abertzale.Quizá no sea novedoso, pero en la entrevista hay un
mensaje nítido a los gobiernos de Madrid y París que a primera vista parece
sustancial e importante. Es el reiterado llamamiento de ETA a «tomar y cumplir
sus compromisos para dar una salida negociada al conflicto. Y uno de ellos es,
desde hoy mismo, desterrar los comportamientos represivos, mostrar voluntad y
dar pasos». Florencio Domínguez, desde las páginas de “El Correo”, lo interpreta
como la exigencia «que el Estado se declare también en tregua». El editorial de
“El Mundo”, a la luz del anuncio de la existencia de «compromisos expresados [a
ETA] por diferentes agentes en los últimos meses», lo lee como la posibilidad de
que hubiera habido algún acuerdo con la organización en ese sentido. En el caso
de existir, como se sugiere, algún acuerdo de no-agresión, es evidente que el
Gobierno español no lo ha estado cumpliendo.
La supuesta tutela
Una nota de Lehendakaritza y las declaraciones de Iñigo Urkullu (PNV), Onintza Lasa (EA), Mikel Arana (EB) y Mikel Basabe (Aralar) llevaban a “Deia” a resumir que «El Gobierno Vasco y los partidos advierten a ETA de que no van a dejar que ‘tutele’ el proceso». Esta es también una de las respuestas de manual en el último año, lo que no se precisa es en qué parte de la entrevista habla ETA de tutelar el proceso.De lo que habla la organización armada es de que resulta «necesario el cambio político de los marcos impuestos a EuskalHerria, y ese cambio debemos hacerlo entre todos». Añade que las claves para la supe- ración del conflicto son alcanzar «una formulación acordada [no la de ETA sino la acordada entre los partidos] sobre la autodeterminación y la territorialiiad». Pero eso no es una ocurrencia de ETA. Según decía Joseba Egibar el mismo domingo, «pueblo vasco [singular, o sea, uno, no dos ni tres] y derecho de autodeterminación son el centro de gravedad del PNV en sus 111 años de historia». “El Diario Vasco” y “El Correo” ven esto como un intento de ETA de «que los estados español y francés faciliten el camino hacia su quimera y que las fuerzas políticas vascas se avengan a desbordar para ello los cauces constitucionales y estatutarios vigentes». Otros lo pueden interpretar simplemente como la necesidad de eliminar los diques antidemocráticos a la sociedad vasca. Por lo tanto, se comprueba que más que de tutelas, de lo
que ETA habla en la entrevista es de «abrir todas las puertas a todas las
opciones políticas para desarrollar el proceso», Y cuando se le pregunta si debe
haber una única mesa o una por cada administración, ETA responde que «pensamos
que eso hay que acordarlo y concretarlo entre los agentes vascos».
Las dos vias y su confusión
Otras reacciones a la entrevista van por senderos que pueden resumir las palabras del coordinador gene- ral de Loka- rri, Paúl Ríos, cuando afirma que «pese al discurso que planteó Batasuna en Anoeta en lo referente al trabajo en dos mesas», la organización armada «parece que no tiene muy claro cómo se tiene que desarrollar este trabajo de dialogo y, en ocasiones, en la entrevista confunde lo que deberían ser los dos ámbitos de diálogo y de trabajo». Es una forma de ver las cosas. Otra es observar que en la entrevista queda claro que, en opinión de ETA, «lograr el acuerdo principal para superar el conflicto» es algo que debe hacerse «entre los agentes vascos». Yla organización armada tiene claro que le toca «hablar y negociar sobre las consecuencias del conflicto», que circunscribe a «presos y desmilitarización». Lo que sucede es que, para iniciar esa negociación, ETA demanda que los estados español y francés «levanten las restricciones que hoy imponen a Euskal Herria» y que ofrezcan garantías de que «el proceso democrático» entre los agentes vascos «se desarro- lla sin injerencias». No parece algo sorprendente. Vendría a ser, con otras palabras y otro modelo, exigir que antes de hablar de determinadas cosas se produzca una especie de Declaración de Downing Street del Gobierno español. Algo que han defendido muchos portavoces. Que haya dos carriles de negociación no significa que
sean paralelos y no se toquen nunca. Lo explicó Joseba Egibar (GARA, 19-2-2006)
cuando apuntó que «la mesa ETA-Gobierno posibilitará el inicio de la mesa de
partidos y el desarrollo de esta segunda mesa cerrará la primera».
Despolitizar a ETA
Lo que se observa en los últimos tiempos es un intento de despolitizar a ETA. Ayer lo volvió a repetir Juan José Ibarretxe al señalar que esto es como el fútbol;todo el mundo opina pero juegan los futbolistas, y , por tanto, de política hablaran los políticos. Se podrá estar en desacuerdo con los métodos de ETA y condenarlos, pero de lo que no cabe duda es que ha actuado y actúa por motivos políticos. Por lo tanto, es normal que haga análisis políticos en función de ellos actúa y los exprese. De hecho, así lo ha venido haciendo desde su nacimiento, pero, en el colmo del ridículo, parece que “El País” no se ha enterado hasta ahora. En un editorial para enmarcar titulado «ETA aprende a hablar», afirma que «hubo un tiempo en que ETA difundía pocos comunicados, uno cada muchos atentados. En el último periodo, desde que no mata, difunde muchos. La regla vale también para la longitud de las entrevistas. Como es difícil llenar tantas páginas con ideas nuevas, los encapuchados se copiaron a sí mismos y repitieron lo ya dicho en el último Zutabe, donde antes publicaban las reivindicaciones de los atentados y actualizaban las amenazas y ahora vierten sus reflexiones». Noticia sería que la entrevista contradijera a “Zutabe” donde, por cierto, ETA expresa sus análisis hace décadas. Pero, parafraseando al propio diario, como “El País” y tantos otros están ahora aprendiendo a hablar de ETA sin decir que «el único comunicado que interesa es el del alto el fuego», toma sus propias necesidades y necedades por hechos indiscutibles. -
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