El pasado sábado, la Universidad de Navarra o del Opus Dei festejaba la XIII edición de su Día del Deporte. Voleibol, baloncesto, fútbol sala, una comida popular... En principio, una saludable jornada festiva. Sin embargo, a eso del mediodía, la ciudadanía de Iruñea y alrededores se sobresaltaba ante un ruido ensordecedor que retumbaba por toda la ciudad. A buen seguro, más de uno hizo el chiste fácil de «¿es un pájaro, es un avión...?». Pero en este caso la respuesta no era Supermán. El sonido procedía de un F-18 con base en Zaragoza y perteneciente a la Fuerza Aérea española, cuya «actuación» había sido solicitada por la Universidad de Navarra alMinisterio de Defensa.
El vuelo, que se concentró sobre todo sobre Barañain y cerca del barrio iruindarra de Iturrama, se prolongó durante una media hora. Testigos presenciales indicaron a GARA que el F-18 «volaba muy bajo» y una velocidad extrema. En el centro de la ciudad muchas personas se alarmaron, puesto que escuchaban el estruendo pero no podían identificar su procedencia.
Tras manifestar que el acto contaba con todos los permisos necesarios, el propio director de Deportes de la Universidad de Navarra, Gonzalo Sagardía, quiso «pedir perdón públicamente a todos aquellos a quienes hayamos contrariado;el único objetivo era hacer pasar un buen rato a la gente».
Ayer, la plataforma Iruñea Berria denunciaba este tipo de exhibiciones, argumentando que «ponen en grave riesgo la vida de las personas ante un eventual accidente que, por cierto, no sería el primero que se produce en ese tipo de eventos. Es absolutamente irresponsable permitir ejercicios de este tipo en pleno centro urbano».
Además, la formación abertzale subrayaba que las piruetas de un avión de combate suponen «una apología del militarismo que nada tiene que ver con una visión del deporte como elemento cultural y unido a la salud de las personas».
Argumentos similares fueron los utilizados por Askatasuna, que recordó además el accidente de hace unas semanas en Erribera, cuando una caja de 1.900 kilos de peso cayó desde otro avión militar sobre una torre eléctrica, un suceso que, según el Ministerio español de Defensa, no revistió ningún peligro para la población.
Al margen de los riesgos objetivos, Askatasuna denunció «la intención de UPN y del Opus Dei de normalizar la presencia de los militares españoles en la vida pública mediante unas jornadas deportivas. ¿Qué tipo de deporte es hacer volar una máquina de guerra diseñada para matar?», se pregunta.
«Categorias por ideologia»
Por su parte, Iruñea Berria puso también sobre la mesa la existencia de una «clasificación de la población en categorías según su credo ideológico», denostando que «en Iruñea no se respeta el principio de igualdad ante la ley».
La plataforma, declarada ilegal por los tribunales, reseñaba que esta exhibición, organizada por un centro universitario perteneciente al Opus Dei, contó con «todos los permisos y parabienes de la administración», mientras que en la capital navarra se dan casos como «las fiestas de los barrios, los Olentzeros o la no autorizada fiesta de los gaztetxes del 7 de mayo», que por decisión municipal «se convierten en motivo de denegación, coacción o multa». -
IRUÑEA