Desmentido a las denuncias de Satse
Ante la perplejidad y el profundo malestar causado en el Hospital de Santa Marina por la noticia difundida en diferentes periódicos por el sindicato SATSE, esta dirección desea aportar datos que no sólo desmienten la denuncia de caos, sino que avalan el buen trabajo de los profesionales de Santa Marina.
El día 28 de abril, después de quince días de análisis y valoración de datos, se cerró una planta del hospital, medida de gestión utilizada en diferentes ocasiones.
A las 3 de la tarde de dicho día, gracias al trabajo coordinado de todos, los pacientes estaban ya debidamente ubicados y habían sido tomadas todas las medidas establecidas en protocolo. En ese momento contábamos con 43 camas libres.
A lo largo del fin de semana hubo 34 ingresos y once altas, por lo que en la mañana del día 2 Santa Marina contaba con veinte camas libres.
En cuanto al personal, no hubo ni una sola rescisión de contrato. Sí hubo una reasignación de cartelera que fue comunicada según protocolo a todos los afectados. En el hospital no se ha recibido reclamación, queja ni sugerencia de ningún paciente o familiar.
En cuanto al miedo a la externalización puesto de manifiesto por SATSE, el hospital de Santa Marina tiene servicios de limpieza, cocina y mantenimiento propios.
Por tanto, si los pacientes están bien, los servicios organizados y nadie de la dirección ha sido interpelado por los sindi-catos que detectaron el «presunto desastre», ¿qué pretendía el sindicato con esa nota? ¿Será realidad el «difama que algo queda» o «a río re- vuelto ganancia de pescadores»? ¿Serán las mentiras que tienen que justificar la huelga?
Lo grave de esta situación es que con dinero público se paga a liberados sindicales que sin comprobar datos, sin intentar soluciones, propagan noticias falsas de caos que nada benefician ni a trabajadores ni a pacientes.
Mª José Albizua Manrique
Directora-gerente del Hospital
de Santa Marina
Una nación, una solución
No es hora de marear la perdiz, sino de ponerse manos a la obra. Llevamos ya tiempo más que suficiente de comprobar lo que querían comprobar, no hay excusas. La mesa, única mesa, para solucionar el problema que tiene este país debe ponerse rápidamente en marcha si no quieren que el proceso, sin iniciarse, empiece a pudrirse. Todos dicen estar dispuestos, pero... todavía nada. Para más inri, ya hay algunos avispados que quieren su propia mesa, su protagonismo por encima de todo. Si Euskal Herria es una nación, dividida en tres partes y en siete territorios, no se puede admitir que la solución sea tratada en tres o siete mesas, deberá ser una mesa con una solución para toda su ciudadanía. Habrá que denunciar ante la sociedad a quienes por puro interés partidista pretenden marear la perdiz con mesillas, una en la CAV, otra en Nafarroa y dejando Iparralde abandonada. Ha llegado la hora, pero no permitamos que nos pase lo que a Cataluña.
Joxean Urkiola - Donostia
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