2006-05-17
Ahotsak se mantiene como ejemplo
Antes del 22 de marzo, cualquier reclamación sobre la necesidad de que los diferentes agentes políticos y sociales vascos fueran sentando las bases de un proceso de normalización democrática en Euskal Herria era respondida desde el PSOE y también desde el PNV con la exigencia de que antes de dar pasos en ese terreno era imprescindible que ETA decretara un alto el fuego. Cuando se cumplió este requisito, y la organización armada vasca anunció el cese de sus acciones armadas con carácter permanente, desde el PSOE y también desde el PNV comenzaron con las cantinelas de la verificación de que el alto el fuego era real y universal y de la separación del proceso de paz del proceso de la búsqueda de un nuevo consenso de base sobre el futuro de Euskal Herria. Y se hizo famosa la frase de «ahora es el tiempo de la paz y después será el de la política». En la medida que han ido pasando las semanas desde el anuncio de alto el fuego, el discurso de algunos partidos ha ido enmarañándose aún más, al tiempo que surgían nuevas condiciones antes de echar a andar una mesa de partidos.Se empezaba a hablar de la necesidad de que cuantos se sienten en ese foro sean legales y, por tanto, de esperar a la legalización de una formación de la izquierda abertzale, a la vez que se comenzaba a poner en práctica una suerte de examen permanente sobre si Batasuna iba acercándose al redil de los autodenominados «partidos democráticos».
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