Bilbao tiene que conseguir un Guggenheim en innovación en el campo competitivo. Hay que buscar una especialización mayor, que destaque. Hay que ser selectivos», según dijo Xavier Vives, profesor de Economía y Finanzas en el IESE. La razón se encuentra en que Hego Euskal Herria no tiene una presencia suficiente dentro de los polos de innovación ni en los centros de decisión de las grandes empresas, lo que le hace ser vulnerable a procesos de deslocalización de la actividad productiva.
Bajo ese prisma, Xabier Irala, presidente de BBK, y Xavier Vives, que también es miembro del grupo consultivo de la Política Económica Competitiva de la Comisión Europea, intercambiaron diferentes argumentos sobre las consecuencias de la pérdida de los centros de decisión de las grandes empresas y el efecto negativo que tiene sobre la economía de un país. Ambos reconocieron que su ausencia supone «una pérdida de bienestar social y económico en los propios territorios».
El debate sobre «Las grandes empresas en la economía vasca: el efecto sede» se celebró tras la asamblea general de la patronal vizcaina Cebek, y estuvo moderado por Mari Carmen Gallastegui, doctora en Ciencias Económicas de la UPV-EHU quien, al inicio, citó a Charles Darwin para indicar que «la mejor especie ni es la más fuerte ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio». Bajo esa descripción Gallastegui dejó claro que es necesario «el capital humano y la creatividad como garantía de futuro».
Los datos aportados en el debate de la realidad sociopolítica y económica demostraron en apenas 120 minutos que la teórica descentralización autonómica del Estado español ni ha colmado las aspiraciones políticas de los diferentes pueblos de la península ni las económicas, porque, en este caso, se ha producido «una centralización aún mayor» que Xavier Vives, atribuyó a «una cuestión política de fondo. Si caminamos a un estado descentralizado, se tendrá que dar más juego al resto».
En el caso vasco, esta situación se traduce en el traslado a Madrid de los principales centros de decisión de la multinacional eléctrica Iberdrola y del banco BBVA. Mientras que Alemania dispone de centros de decisión y polos de innovación desperdigados a lo largo y ancho del territorio, como Suecia, Dinamarca, Finlandia, Gran Bretaña y el Estado francés en menor medida, en el Estado español se concentra sólo en Madrid que, en el fondo, ejerce una atracción monopolista de la actividad inversora e innovadora. En este caso, Xabier Irala reconoció que en el seno de un mundo globalizado, «la deslocalización, la internacionalización y el traslado de centros de decisión empresarial son factores clave, que determinan el desarrollo de un país y de un sistema económico».
Para él, es necesario hacer frente a «esas corrientes profundas presentando propuestas que impliquen un aumento de competitividad general de nuestro tejido productivo, ya que ésta es la única alternativa real al fenómeno de las deslocalizaciones». Irala reconoció, ante un nutrido grupo de empresarios vizcainos, que «la mejora de la competitividad de las cajas no es independiente de la mejora general de la competitividad de todo nuestro sistema productivo». Apostó por la fusión de BBK, Kutxa y Vital y recordó que «permitiría la consolidación de la estrategia de expansión, tanto en el Estado español como en el ámbito internacional, además de mejorar la competitividad de nuestro sistema financiero».
La apuesta de los tres presidentes de las cajas reforzaría, a juicio de Xabier Irala, «la importancia del efecto sede como elemento dinamizador y tractor de la economía vasca. He de trasmitirles mi convencimiento de que la construcción de un sistema financiero vasco más competitivo es inseparable de la consolidación de Euskadi como centro de decisión empresarial».
Para él, «un sistema financiero sólido es condición necesaria para el tejido empresarial y productivo. Abarata los servicios, distribuye tecnología, aporta estabilidad y contribuye a la calidad de los servicios. También es un factor que contribuye a «la permanencia y consolidación de los centros de decisión empresariales». Porque esos centros se llevan consigo la investigación más avanzada y las mejoras de productividad, «elementos necesarios para que las empresas sean competitivas», afirmó.
La unión de las tres cajas de ahorros permitirá «no sólo sumar, sino que aportará un 50% más al crecimiento y desarrollo de la actividad inversora y económica. Lo dicen los analistas». según precisó, pero recordó que el proceso pasa porque se cambie la legislación; se definan las fórmulas entre las tres diputaciones para conseguir la neutralidad fiscal en cuanto a la tributación, «para que ninguna salga perdiendo por la actividad»; y, por último, que dos tercios de las asambleas de las cajas aprueben la integración.
El presidente de BBK defendió el modelo de las cajas de ahorros frente a las dudas que está suscitando en el Fondo Monetario Internacional y en la Comisión Europea. En este caso, recordó que «el modelo de representación de las cajas incluye a todos, desde los sindicatos, los usuarios, las administraciones y los gestores. Es compatible dentro del sistema capitalista, aunque se está cuestionando con intensidad. Soy de la opinión de que el sistema capitalista es el que más riqueza ha creado. Sin embargo, creo que tiene una tarea todavía pendiente como es su distribución de una forma diferente».
Ante las críticas al modelo de cajas por parte de la Comisión Europea, Irala dejó claro que «se debe a que no nos pueden comprar y, sin embargo, estamos en negocios empresariales impulsando la actividad». Xavier Vives dijo desconocer al detalle los elementos que permitirían la fusión de las tres cajas, aunque cuestionó «si la fórmula de las cajas es adecuada para cooperar y expandirse internacionalmente». Sí señaló, sin embargo, que «el mejor blindaje es su expansión internacional para evitar interferencias».
El profesor catalán reconoció, igual que Irala y Gallastegui, que la innovación es la puerta abierta a la competitividad. Dejó claro que los salarios en el Estado español son «de los más bajos de los países avanzados de Europa» y apostó por la concentración de los centros de decisión en torno «a grandes ciudades con grandes aeropuertos», aunque Irala señaló que la descentralización es la que predominará en el futuro de los aeropuertos. «El futuro de la economía vasca pasa por la multimodalidad», terminó. -