El conflicto de tribunales abierto en relación al tipo del impuesto de sociedades acostumbra a plantearse en estrictos términos de defensa de la soberabía fiscal, máxime en este año de fastos por el aniversario del Concierto Económico. La última decisión del TSJPV, en el sentido de enmendar el acuerdo sobre el tipo nominal del 32,6% alcanzado por las haciendas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa para 2005, ha sido respondida en esa clave. A las disposiciones del Concierto invocará, efectivamente, el contenido de los recursos interpuestos ayer mismo por las diputaciones de Gipuzkoa y Araba. Sin embargo, la necesaria denuncia del ataque permanente a la capacidad fiscal vasca que se plantea desde los tribunales dependientes del Estado español no debe impedir analizar con ojos críticos la política que siguen las instituciones vascas en relación a los impuestos.

Las reuniones que promueve el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para sacar adelante su reforma fiscal dan algunas pistas interesantes. En plena pelea jurídica de las haciendas por el impuesto de sociedades, el PNV no tiene reparos en trasladar al Gobierno del Estado su alto grado de coincidencia sobre los principales contenidos de la reforma fiscal en ciernes. Expresivas fueron, ayer, las palabras del portavoz del grupo parlamentario vasco en la Comisión de Economía, Pedro Azpiazu, quien primero afirmó que lo que se apruebe en las Cortes españolas no afecta a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, para matizar a continuación que «aunque estos proyectos en Euskadi no afectan, luego sí influyen, porque no se pueden hacer políticas diferentes». Es de agradecer esa sinceridad al reconocer que, hoy por hoy, la capacidad fiscal vasca se limita a establecer tipos impositivos similares a los que fija la Hacienda española.

Zapatero quiere rebajar al 30% el impuesto de sociedades. Ypara aplicar esa fiscalidad de derechas y alejada de los niveles de presión fiscal que se imponen en la UE cuenta ya con el apoyo de CiU y la opinión favorable de un PNV que le anima a aplicarla incluso antes del período de cinco años previsto en un principio. ¿Seguirán las haciendas vascas la senda de fijar un tipo nominal algo inferior al de la Hacienda estatal para así beneficiar, todavía más, a empresas que como el BBVA, con descuentos aquí y por allá, pagó en 2005 un 27,2% de impuesto de sociedades en un año en que logró un beneficio récord de 3.806 millones de euros?