BILBO
El Barcelona puede haber comenzado ayer a marcar un nuevo reinado en Europa con la consecución de su segunda Liga de Campeones. Sin rival en Liga, les faltaba un título continental, que viendo el potencial y juventud de la plantilla, quizá no sea el último. Eso sí, anoche tuvieron enfrente a un gran rival que por poco les deja con la miel en los labios. El trabajo defensivo del Arsenal logró atascar y secar todo el potencial ofensivo del Barcelona durante casi todo el encuentro. Wenger volvió a dar una nueva demostración de preparación táctica, pero le sobraron cinco minutos fatídicos. Los blaugrana estaban completamente atascados y con un gol en contra. Rijkaard se vio obligado a tirar del banquillo aumentando el ataque y funcionó.
Entre Larsson, Iniesta y Belletti lograron la remontada, eclipsando por momentos a las estrellas del equipo. Demostrando al mismo tiempo que un equipo lo conforman todos los jugadores y que contar con una plantilla compensada sirve para lograr ser campeones.
Henry fue el primero en dar. El delantero francés estaba en su ciudad natal y salió con una motivación espectacular. En dos acciones de pura clase pudo abrir el marcador sin que el Barcelona prácticamente se hubiera dado cuenta de que había empezado el partido.
El Arsenal estaba más puesto y tenía más trabajada la faceta táctica. Delante buscaban los movimientos de Henry y Ljunberg a la espalda de la defensa blaugrana y en defensa concedían terreno al Barcelona, pero con Cesc y Pires encima de Deco y Van Bommel para cortar la conexión con el ataque de los catalanes. Rijkaard también introdujo una variación colocando a Eto’o en la izquierda dejando el centro de la delantera a Ronaldinho. El camerunés no podía con Eboue y el brasileño no lograba entrar en juego sino era lejos de la portería de Lehmann.
En los primeros minutos el Barcelona lo pasó mal hasta que una jugada cambió el signo del encuentro. Por primera vez en el partido, Eto’o se metió hacia el centro quedándose solo ante el guardameta del Arsenal. Regateó a Lehmann, pero el portero alemán le hizo falta y aunque Giuly recogió el rechace y marcó, el árbitro no concedió el gol. La decisión del colegiado fue bastante discutible ya que debía de haber dado la ley de la ventaja. No lo hizo y expulsó a Lehmann, dejando al Arsenal con diez. Pires fue el sacrificado para dar entrada a Almunia, portero formado en la cantera de Osasuna.
Monólogo blaugrana
La expulsión obligó a Wenger a recolocar a sus jugadores formando una línea de cuatro en la medular con Henry como único hombre adelantado. El monólogo blaugrana comenzó a partir de ese instante, sin que lograran crear ocasiones claras. Disfrutaron de alguna falta o lanzamientos desde lejos, pero no de opciones claras. El Arsenal, en cambio, aprovechó una falta lateral para adelantarse en el marcador con un cabezazo de Campbell.A los de Rijkaard les faltaba la frescura que habían mostrado en ataque durante toda la temporada. Sin movimientos entre líneas de sus jugadores, les era imposible crear problemas al Arsenal debido a su gran seguridad defensiva. Tampoco contaban con una referencia clara en punta porque Ronaldinho bajaba a recibir balones y Eto’o estaba escorado en banda. Al final del primer tiempo regresaron a la fórmula habitual y fue como en la expulsión de Lehmann cuando crearon peligro. El camerunés recibió de espaldas un balón de Ronaldinho, se dio la vuelta con maestría y una prodigiosa mano de Almunia logró desviar lo suficiente para que el balón se estrellara en el poste.
Por detrás en el marcador y con el Arsenal atrincherado en su campo, al Barcelona no le quedaba otra que irse al ataque. Iniesta entró al campo y Ronaldinho y Eto’o se intercambiaron los puestos. El dominio aumentaba sin acosar demasiado a un Almunia que se iba creciendo. Ante la falta de lucidez en punta, Rijkaard tuvo que echar de pegada arriba metiendo a Larsson. Mientras los ingleses rozaron el gol en varias contras, sobre todo en una de Henry.
El atasco del Barcelona era monumental, no encontraba un resquicio en la poblada zaga de los gunners y empezaba a desquiciarse. Pero los cambios al final surgieron efecto. Primero con una combinación entre Iniesta y Larsson que Eto’o remachó a las redes y seguido, sin tiempo para asimilarlo, una pared de Larsson con Belletti acabó en las redes gracias a la inestimable ayuda de Almunia. Con la remontada catalana, el Arsenal se desmoronó y el Barcelona defendió con comodidad el resultado disfrutando del dulce sabor de la victoria.