KABUL
No hay tregua en los combates entre las milicias del régimen de Kabul y la guerrilla talibán en el sur de Afganistan.
El general colaboracionista Rahmatullah Raufi cifró en 64 los muertos en enfrentamientos el pasado martes en la provincia de Uruzgan, «60 talibanes y 4 soldados» de las milicias, según el recuento del general, que añadió que EEUU dio cobertura aérea a sus soldados.
Este tipo de recuentos abrumadoramente desiguales en lo que a víctimas de un lado y otro se refiere se repiten desde hace días y no pueden ser cotejados por fuentes independientes.
Lo que sí se ha cotejado es que EEUU ocultó la muerte de al menos treinta civiles en su bombardeo contra Azizi, en Kandahar, civiles identificados como «talibán» en el parte de guerra del Pentágono.
El régimen de Hamid Karzai se ha visto obligado a mostrar su «repulsa» y el Ejército estadounidense ha replicado con un «nunca quisimos que pasase esto». Letanía habitual.
El embajador británico, Stephen Evans, salió ileso del incendio del avión Hércules C-130 en el momento del aterrizaje en el aeropuerto de Laskar Gar, en la provincia de Helmand. Londres se negó a dar detalles del suceso, que destruyó el aparato.